El Amor y el Deseo: Los Obstáculos Para Una Relación de Amor Armoniosa. Como entender y mejorar tu vida sexual y amorosa
En una entrega anterior de esta serie hice hincapié en la diferencia entre Amor y Deseo. En mis artículos “Love and Desire: Understanding the Obstacles to Relationships between men and women.” y “On Love and Loving” (“Del Amor y el Amar”), comencé a examinar los temas de Amor y Sexualidad. En este artículo previo, di mi propia definición de Amor (ver este artículo). Expliqué allí que el deseo y el amor son dos cosas diferentes. En ocasiones, el amor y el deseo van de la mano; pero, con mucha más frecuencia, siguen caminos divergentes.
La Brecha entre el Amor y el Deseo
En este artículo, comenzaré a centrarme en el amor y el deseo del lado del hombre. En mi próximo artículo, continuaré con este asunto del amor y del deseo masculino de una manera más específica. Allí examinaré las precondiciones de amor y de deseo en los hombres. Y en los artículos venideros, examinaré el asunto del lado de las mujeres.
El amor es un sentimiento mucho más amplio, positivo y persistente hacia los demás que el Deseo. El Deseo Inconsciente es una fuerza constante que empuja al Inconsciente (que lo “causa). El Deseo es la fuerza motriz de los deseos sexuales individuales, suele ejercer su efecto sobre el Sujero en forma esporádica e intensa en su manifestación.
El deseo sube y baja rápidamente con la estimulación sexual y se repite en ciclos. El deseo puede manifestarse en múltiples y diferentes formas de relaciones sexuales, en actividades onanistas, en deseos sexuales expresados en suenios, o simplemente en fantasías eróticas diurnas. Por definición, el Deseo humano es eterno y nunca encuentra total satisfacción.
Por otro lado, el “amor erótico” es un sentimiento fuerte y prolongado de atracción, pero por un otro en particular que aparece como sexualmente atractivo. El Amor es en esencia mas discriminativo que el puro Deseo sexual que suele poder satisfacerce de maneras varias.
El deseo sexual, en su contraste, es espontáneo y un tanto irrestricto: Aparece rápidamente, intensamente y de maneras inesperadas. El Deseo es transgresor. El deseo es contingente, mientras que el Amor es duradero, si es amor verdadero. Por supuesto que hay que diferenciar el “Amor Verdadero” del “Enamoramiento” (lo que en Argentina llamamos el “Metejón”) lo cual son dos cosas distintas y que examinare en otra entrega.
Diferencias entre el Amor Erotico y otras formas de Amor
La principal diferencia entre el amor erótico y el amor fraterno/filial es que el primero exige EXCLUSIVIDAD. Mientras que las otras formas de amor no erótico se pueden compartir con muchas personas, el amor erótico no se puede compartir con otros sin arriesgarlos todo. Un ejemplo actual de esta situación aparece en una comedia de Adrián Suar llamado Amor Loco, la cual te recomiendo que veas y que ilustra bien esta situación de permanente desencuentro amoroso, los constantes enriedos que producen la divergencia en el deseo del hombre.
Una madre, por ejemplo, puede amar a sus cinco hijos al mismo tiempo; o un hombre puede tener muchos amigos a los que ama. Para la madre, amar a uno de sus hijos no significa que no ame tanto a los demás; o para el hombre que ama a sus amigos, amar a uno no significa que no ame a los demás. En ese sentido, en el área del amor filial o fraterno (el tipo de amor del “Amor a tu prójimo como a ti mismo”) el amor es inagotable. Puedes seguir dando amor a muchos y nunca se agotará.
Pero, el amor erótico sensual exige exclusividad. Si un hombre o una mujer deja de ser exclusivo y ama a otra persona con la misma intensidad, el ser querido, si se entera, se siente traicionado. El corolario de estos hechos de deseo humano es que todos queremos ser amados SINGULARMENTE e INCONDICIONALMENTE.
El deseo es el de ser amado “en nuestra singularidad.” Este es el origen de nuestra posesividad y de nuestros celos en el amor. En el amor erótico, por lo general, no admitimos competidores. Queremos poseer a nuestro ser querido y exigimos (aunque esto no sea realista) total exclusividad.
Definiendo el Amor Verdadero
Definir la actitud del Amante Verdadero abarca en el un deseo de bienestar hacia la otra persona que va más allá de su objetalidad (lo que los otros son como objetos para uno). Este deseo en el amor se aplica tanto a hombres como a mujeres.
Para empezar a entender a los demas, ten siempre en cuenta que en cada relación humana siempre hay dos relaciones que están sucediendo al mismo tiempo. Y que esencialmente todos tenemos Un VACIO EN NUESTRO CENTRO INTENTAMOS CONSTANTEMENTE LLENAR.
Tu relación sensual con el otro como objeto (con su cuerpo al que puedes ver y tocar) por un lado (La relación Imaginaria), y tu relación subjetiva con el otro–como el Otro como Sujeto (tu relación intersubjetiva con la Otra persona como un individuo singular–no como una forma atractiva de carne y huesos) que determina la Relación Simbólica mediada por el lenguaje.
Esta dicotomía psicológica estructural SIEMPRE se aplica a toda relación humana; y vale tanto para los hombres como para las mujeres.
Por esta razón, en cuestiones amorosas, recuerda siempre estas tres cosas:
- El mayor y más profundo de los deseos humanos es ser amado INCONDICIONALMENTE.
- La mayor dificultad para los seres humanos reside en DAR amor incondicionalmente.
- El Amor es lo que es llamado a colmar el vacío en el Otro operando desde tu propia falta
Cuando Un Hombre Ama a una Mujer
Cuando un hombre está seriamente enamorado de una mujer, no está enamorado sólo de su cuerpo, como dice la canción, sino de todo su ser. Más aún, está enamorado de lo que no se ve en ella. El hombre amante ama en ella todo su ser en un más allá de ella como objeto sexual. El apunta en su amor a “Quién” es ella como Sujeto, no “Que” es ella como un objeto. Como resultado, él apunta al “Quién” y no al “Qué” de ella.
Debido a este infrecuente conjunto de sentimientos que aparecen solo cuando un hombre se enamora de verdad, él como amante, se preocupa por el bienestar de su amada, presta atención a sus necesidades, y escucha y respeta sus ideas. Idealmente–y si realmente la ama de verdad–también será capaz de desear su realización como Ser Humano—y no sólo como un ser sexuado.
Un hombre que ama en serio ve a su mujer como un igual, como otro ser humano con deseos propios que van más allá de él, y no sólo “como una mujer”.
Antoine de Saint-Exupery lo expreso de esta manera magistralmente en su pequeña historia “El Principito” que te recomiendo que leas, si aún no lo has hecho:
“Algunas cosas sólo se ven con el Corazón, lo Esencial es invisible a los ojos.” (El énfasis es mío)
Los signos de que Alguien esta realmente enamorado
Los signos de que alguien está verdaderamente enamorado se desprenden de esta hermosa frase. Esto implica que en el Amor no se trata de lo que se ve, sino de lo que no se ve en alguien. Cuando alguien está realmente enamorado, no sólo se siente atraído por él/ella físicamente, sino que también se preocupa profundamente por los aspectos invisibles del Ser amado más allá del atractivo del “paquete” externo.
Los Verdaderos Amantes se preocupan por los deseos de sus seres queridos. No sólo se sienten atraídos por su forma física, su popularidad, su nivel de éxito, o sus posesiones materiales–es decir, su valor falico. En otras palabras, los verdaderos Amantes se sienten fuertemente atraídos por la mente y los corazones de aquellos que aman. Ellos aman, no sólo el cuerpo, pero aprecian mucho más aun a la persona que reside en ese cuerpo y a su potencial.
Los verdaderos Amantes aman a quien es como un individuo completamente diferente de todos los demás. Eso hace que el ser amado sea en principio unico e irremplazable.
En resumen, las personas que están verdaderamente enamoradas son felices cuando están ayudando a sus seres queridos a desarrollar su individualidad y cuando les están apoyando en su búsqueda de la autorrealización personal. El verdadero Amante ama en el Otro amado un más allá…
El Deseo y su Dinamica
En mi artículo sobre el deseo y los problemas de la vida amorosa, articulé el problema del deseo humano. Indiqué allí que el deseo siempre es “el deseo de lo que falta”. No hay deseo en la presencia, sólo en la falta.
Mientras que el Amor se juega en la presencia, el Deseo opera siempre desde la falta. El deseo sensual entonces cae del lado de la falta y de la sexualidad física pura. El deseo es carnal; mientras que el Amor es Espiritual. El deseo es la brújula que orienta las pulsiones sexuales y funciona como el motor de la libido (que como Freud expresara magistralmente, es “la representación psíquica de un substrato de energía sexual orgánica”).
El amor es el fuerte apego que se desarrolla cuando alguien se siente tan atraído hacia otra persona y tan maravillado por ella que no quiere perderla por ninguna razón.
Como explico en La Biología de la Sexualidad: Como interfiere con tu vida Amorosa, el Deseo, por el contrario–y a diferencia del Amor–siempre interfiere con la posibilidad de felicidad completa en tus relaciones amorosas. Él está siempre presente, al acecho, metiendo la cola como la fuente de la tentación de probar lo distinto.
Resumiendo lo visto hasta ahora:
- La Libido es el aspecto QUANTITATIVO de tu Deseo.
- El Deseo es la dirección CUALITATIVA de tu libido.
- El Amor es la ADHESIVIDAD de tu Libido manifestada en tu subjetividad.
- La sexualidad y el deseo están en la parte inferior de los cimientos de nuestra vida relacional sexual (más cercano a nuestro cuerpo biológico), mientras que el Amor reside en la cima de la pirámide de las relaciones humanas (del lado de las aspiraciones Ideales psicológicas).
El Deseo humano es imitativo
El deseo propio, en sus aspectos cualitativos, está determinado por nuestras estructuras psicológicas, nuestras prehistorias, y por nuestras relaciones interpersonales actuales. El deseo humano es imitativo. En su calidad, este esta muy a menudo determinado por el deseo de los demás. Deseamos lo que otros desean; y en particular, lo que percibimos como deseo en aquellos que admiramos. Esta realidad de las complejidades del Deseo es la causa de los tan frecuentes dolores del corazón en el amor y de los eternos enredos relacionales en los que nos encontramos los seres humanos cuando amamos.
Esta característica del deseo humano es la fuente de más de una ruptura de amistad; y definitivamente, de más que una relación matrimonial. También es la principal fuente de celos, competencia y envidia que empanian todos los conflictos relacionales en nuestras vidas.
Por lo tanto, el deseo generalmente está del lado de la sexualidad: El deseo es simplemente lo que te enciende o excita en la sexualidad. Esta excitación sexual es específica para cada individuo —funciona de manera diferente en los dos sexos— y no es comandado por nuestra voluntad.
El Deseo es especifico
O te excita alguien o no lo hace, no puedes forzarlo; y a menudo, ni siquiera sabes por qué es eso es así y no de otra forma. Es como cuando te gusta una fruta y no otra. Si te gustan las fresas, por ejemplo, y no te importan las manzanas, es exclusivamente una cuestión de gusto que no se puede explicar. Este gusto especifico es una gigantesca “X” o un verdadero Misterio de tu psique. Por eso, lo que excita a una persona no le hace cosquillas a la otra.
La excitación sexual está determinada por fuerzas inconscientes de las que apenas somos conscientes en nuestra vida diaria de relación. Y a menudo, lo que excita a alguien sexualmente es algo mas bien algo extraño, idosincratico, o inclusive bochornoso.
Y lo que excita a una mujer es realmente diferente de lo que enciende a un hombre. Como he dicho antes, entender estas diferencias de género y su dinámica psicológica es esencial para cualquier posibilidad de tener relaciones amorosas más armoniosas en la vida.
Que enciende a un hombre
En el hombre hay una fuerte conexión entre el deseo y su sexualidad. Esto es particularmente cierto para los varones más que para las mujeres. Esta diferencia en la intensidad de la libido ocurre debido a las diferencias biológicas entre los sexos. Como he expresado en publicaciones anteriores, Los hombres viven afectados psíquicamente por grandes cantidades de Testosterona que sus cuerpos producen diariamente. Esta poderosa hormona actua sobre sus cerebros; y son, por ende, seres muy sexuales. Como resultado de esta realidad biológica, la sexualidad ocupa un lugar central en la vida de los hombres.
En el caso de los hombres–que en la vida sexual humana están en la posición de “los que desean” (esto solo aplica a los hombres en relación heterosexual) –lo que va a excitar a un hombre en particular es algún rasgo físico. Algo en particular que el encuentra atractivo visualmente en el cuerpo de una mujer. Este rasgo atractivo que enciende su deseo puede ser una parte del cuerpo de la mujer, como su forma, sus pechos, su piel tersa, su mirada, sus pies, etc. Estos elementos de atracción sexual funcionan literalmente como objetos parciales. Estos objetos se tornan deseables a los deseos sexuales de los hombres (esto corresponde a lo que Lacan denomino los “Objeto a” que “causan” el deseo masculino). De ahi que en lo sexual, el varon es un ser visual y poliobjetal.
Por lo tanto, en ese sentido, el cuerpo de una mujer es–incluso si de cierta manera “una Gestalt” (o una forma completa del cuerpo), al mismo tiempo una serie de partes u objetos parciales (objetos a). Estas partes tienen la capacidad de excitar por sí mismos—y por separado–la sexualidad en la fantasía masculina.
Estas partes del cuerpo de la mujer, junto con los caracteres sexuales secundarios femeninos (piel suave, voz con timbre más alto, distinto olor corporal, diferente distribución del vello corporal, etc.) tienen el poder de despertar el deseo sexual en el Inconsciente de los hombres heterosexuales de acuerdo a la coincidencia con el fantasma (guion sexual) que los habita.
Lo que se desprende de lo explicado anteriormente, el problema reside en las diferencias de la realidad sexual humana. La cuestion de la forma de desear del hombre determina serias dificultades en toda posible armonía sexual.
Este hecho factico sobre la dinámica sexual de los hombres coloca a las mujeres perennemente en el lugar de un Objeto —u objetos parciales— de los deseos sexuales de los hombres.
Las Mujeres como Objetos
Esta posición en las relaciones de género—el ser “objeto” sexual—es intolerable para la mayoría de las personas–y lo es particularmente para las mujeres.
Esta es la razón detrás de la queja que se escucha de las mujeres de que los hombres “sólo nos quieren para eso” o que los hombres simplemente “nos miran solo como objetos“, y, por ende, nunca nos toman en serio. Y LAS MUJERES ODIAN SER TOMADAS COMO PURO OBJETOS.
Esta queja femenina a menudo toma la forma de “nunca nos toman realmente en serio como individuos con una mente/inteligencia propia.” Solo nos ven como “objetos” sexuales. Esta diferencia en el deseo sexual del hombre en su intensidad le causa mas de un “dolor de cabeza” a las mujeres.
Esta dinámica estructural de la diferente psicología de los hombres es el destino de las mujeres y constituye un poderoso incentivo inconsciente para la ideología feminista.
Pero el problema es que la posición de la mujer en la actividad sexual es la de presentarse al hombre como el “Objeto” de su deseo. Y de no ser así, el hombre no podria alcanzar una erección y funcionar sexualmente, lo cual habría extinguido nuestra especie hace millones de años. Esta realidad sexual de genero impuesta por la naturaleza a fines de la reproduccion crea un verdadero callejón sin salida en las relaciones entre los hombres y las mujeres.
Por lo tanto, incluso si para los hombres—y especialmente para aquellos con estructuras histérica– el deseo de otros hombres puede desempeñar un papel crítico en la indicación de la dirección de su propio deseo. Para el común de los hombres–que suelen tener estructuras obsesivas–la realidad es que desarrollan al principio de sus vidas un guion sexual fijo.
Este “guion inconsciente” (conocido como “el Fantasma” en lenguaje Lacaniano) queda fijado (por el proceso de fijación sexual de la libido a los objetos parciales (Objetos a) en la niñez). Este guion actúa como un formato (o un guion de escena) en las situaciones de deseo sexual en la vida adulta.
De acuerdo con Lacan, estos guiones (fantasmas) suplen la Falta de Relación Sexual en los humanos. El enigmático dictamen Lacaniano que dice “Il n’y a pas de rapport sexuel,” (La Relacion Sexual No Existe) y que Lacan expresara al final de su enseñanza, puso de manifiesto el hecho que los humanos carecemos de instintos sexuales como los de los animales. A consecuencia de esa carencia–y del hecho de que no hay escritura de “la Relación Sexual” en el Inconsciente–estamos destinados por estructura al desencuentro amoroso permanente.
Este “guion” sexual en hombres tiene tres elementos principales que operan coordinadamente en la vida inconsciente de cualquier hombre:
- Las partes del cuerpo de una mujer que los excitan.
- El tipo de escenas montadas que despiertan para ellos el deseo.
- La parte del cuerpo del hombre en cuestión que desea ser estimulada en su interacción sexual con las mujeres.
Por razones de tiempo y espacio, me detengo aquí. En la siguiente entrega, seguiré examinando la dinámica del deseo y la vida amorosa en los hombres. Si te interesa saber más sobre este tema, lee la siguiente publicación. Nos vemos luego.
Como siempre, tus comentarios y tus preguntas son siempre bienvenidos.
El Dr. T