La muerte de Diego Maradona, posiblemente el mejor futbolista de la historia del fútbol, puso a toda Argentina y a muchos otros en todo el mundo en estado de luto. Parece lógico entonces abordar este importante tema de la psicología ahora para ayudar a las personas a afrontar su dolor. En cualquier caso, saber cómo afrontar la pérdida es una habilidad psicológica esencial que todos debemos desarrollar en el transcurso de nuestra vida. Esta experiencia de duelo global puede ser la primera o un catalizador para muchos.
El dolor y la pérdida son procesos psicológicos normales en la vida de cualquier individuo.
Llorar es una parte inherente de lo que significa ser humano. Como el Buda nos dijo hace 2600 años, nadie se libra del dolor de las pérdidas en su vida. Por eso “la Primera Noble Verdad del Budismo” es “La vida es sufrimiento.” Esta enseñanza budista coincide con las enseñanzas bíblicas sobre la importancia del sufrimiento y el cómo afrontarlo con resignación en nuestras vidas.
Como resultado del reconocimiento de esta verdad, todos, en algún momento de sus vidas, tendrán que lidiar con el duelo. Debido a estos hechos de la vida, es vital comprender lo que experimentamos cuando perdemos a un ser querido. Y también es important adquirir conocimientos sobre el duelo. Esto te ayudará–no solo a comprender el proceso si has perdido a un ser querido–sino que también te evitará los efectos destructivos de evitar el duelo por completo. O, lo que es aún peor, de entrar en un duelo que nunca termina.
Este artículo es el primero de usa serie sobre la pérdida y el duelo
Esta publicación es la primera de una serie sobre el tema del dolor y la pérdida. El tema es demasiado extenso para abordarlo todo aquí. Entonces, comenzaré por describir la pérdida, que es la causa del dolor; sus efectos en nuestra psique; y la frustración que experimentamos con las pérdidas en la vida. En publicaciones futuras, describiré los comportamientos que debemos evitar para poder hacer el duelo adecuadamente en lugar de negar la pérdida o de entrar en un duelo patológico.
Pérdida: una definición
¿Qué es la pérdida? ¿De dónde viene? ¿Por qué es una experiencia tan dolorosa?
Podemos decir que la pérdida es cualquier persona, circunstancia, o evento valorado en nuestras vidas que nos afecta emocionalmente ahora por haber estado allí antes y desaparecer luego. La pérdida es el corolario de la realidad del cambio permanente en la vida. Las cosas vienen, las cosas se van. Y las personas aparecen en nuestra existencia, y las personas fallecen. Esta es la ley de la vida como nos lo recuerda George Harrison en una de sus canciones, “All Things Must Pass“ (Todo Debe Pasar)..
Una persona u objeto estaba allí antes como parte de nuestro pasado y que, por lo tanto, se había convertido en una parte importante de nuestras vidas sera objeto del duelo al desaparecer. Esta persona, estado fisico o mental, o situación, se había convertido en una parte de nosotros mismos, y por ende de nuestros Egos, por así decirlo. Y ella nos dio suficiente placer con su presencia para que la extrañemos y lamentemos cuando ya no está allí. En el caso de Maradona, lo extrañamos tanto porque nos dio alegria. Y uno nunca se olvida de lo bien que alguien nos hizo sentir.
Cualquier cosa o cualquier persona que fue una parte valiosa de nuestra existencia y que ya no esté allí provocará en nosotros sentimientos de dolor y pérdida. Cuando los perdemos, estamos perdiendo una parte de nosotros mismos. Eso es lo que lo hace tan doloroso: desprenderse de una parte de uno mismo.
Sin embargo, la fuente de nuestro dolor no tiene por qué ser necesariamente la pérdida de una persona. La pérdida puede ser de cualquier cosa que atesoremos y que ya no esté allí. Ejemplos de pérdidas no personales son: la pérdida de un trabajo, una posición economica, nuestra juventud, la salud y la belleza, nuestra potencia sexual, la destreza atlética, nuestra capacidad para tener hijos, la libertad durante la pandemia del COVID19 ... o lo que quieras.
Podemos describir la vida como un proceso constante de pérdida.
Cuando estamos en el vientre de nuestras madres, estamos protegidos y cómodos. Cuando nacemos, llegamos a este mundo lleno de peligros, ruidos, luces, sonidos–y todo ese estímulo hace que el mundo sea estresante para nuestros frágiles seres. La primera gran pérdida, que luego se convertirá en el arquetipo de todas las demás es la tranquilidad de estar en el vientre de nuestra madre. Estar en su útero es un estado libre de problemas que todos anhelamos en la vida: Este anhelo se expresa en la edad adulta como la fantasía del “regreso al útero de nuestra madre”.
El sueño es nuestra “mini muerte”
A lo largo de nuestra vida reproducimos esta retirada del mundo cada noche cuando nos vamos a dormir. Entonces, una tercera parte de nuestras vidas se vive en un estado de retirada de las realidades de la vida. Esto demuestra lo exigente que puede ser la realidad en nuestras mentes. En cierto modo, cada noche “morimos un poco;” y volvemos a la vida a la mañana siguiente con energías renovadas para enfrentar los nuevos desafíos. Cada día de nuestra vida es entonces un nuevo comienzo. Ten eso siempre en mente.
Y este deseo de volver a la paz de nuestra vida intrauterina es la fuente del “anhelo de muerte” presente en nuestro inconsciente. Freud llamó a esta fuerza silenciosa que nos inclina a volver a la no existencia para alcanzar el estado de Nirvana, el “Deseo de muerte.” El descubrió que este deseo instintivo de la paz final de la muerte está presente en todos nosotros.
El “Deseo de muerte”
El “Instinto de Muerte” es contrarrestado por el “Instinto Vital” (o Eros) que incluye nuestros instintos reproductivos y de supervivencia. La principal manifestación del “impulso vital” en nuestras vidas es lo que él llamó la “libido.” Esta “libido” es entonces la fuerza vital que impulsa a EROS (EL poder del AMOR). Sus efectos sobre nosotros son la existencia del amor, la sexualidad y nuestros apegos a las personas y los objetos externos.
Es este aspecto de nuestra vida biológica expresada en “el impulso de la vida” que nos hace seguir existiendo y procrearnos, perpetuando así nuestra especie. Instintivamente, colocamos nuestra libido en los objetos de amor, nuestras figuras parentales, nuestros hijos y nuestros seres queridos. Cuando desaparecen, esta “libido no aplicada” no tiene adónde ir y vuelve a nosotros con toda su furia.
La “libido no aplicada” se convierte en ansiedad cuando nos enfrentamos al vacío que todos tenemos dentro. En nuestras vidas, este “vacío” sólo está temporalmente velado por las personas que amamos mientras las tenemos presentes. Estos apegos funcionan como un antídoto contra la ansiedad existencial.
La lucha de los impulsos de vida y muerte
Estas dos fuerzas siempre están enfrentadas: la vida y la muerte. Esto es cierto tanto en los demás como en nosotros mismos. Biológicamente estamos “viviendo y muriendo al mismo tiempo”a lo largo de nuestras vidas. Todas nuestras células corporales, con la excepción de algunas neuronas cerebrales y celulas musculares, se recambian cada 7 años. Entonces, virtualmente tienes un “cuerpo nuevo” completo cada 7 años habiendo “perdido” el que solías tener al dejarlo atrás! Hasta el cuerpo se pierde!!!
La presencia omnipresente de la frustración
El otro elemento presente en la vida de cualquier persona es “la frustración.” Definiría la vida como “un proceso sin fin de lidiar con la frustración, desde el momento en que nacemos hasta el momento en que morimos.” La prueba de este hecho, es la realidad de que nadie se ríe cuando nace. Todos nacemos llorando. Del mismo modo, nadie se muere alegre y cantando.
Por qué lloramos cuando perdemos a alguien
Llorar es fundamental para la supervivencia, ya que es necesario para iniciar el proceso de respiración. De hecho, si un recién nacido no llora, el médico que lo atiende tendrá que darle una palmada leve al bebé para que llore. Entonces, llorar es la forma de aferrarse a la vida y de lidiar con los problemas respiratorios (sensación de falta de aire) y emocionales. La angustia de nacer se convertirá en el modelo de toda ansiedad en la vida ulterior. Esto fue descrito por el psicoanalista Otto Rank como “la Angustia del Trauma de Nacimiento.” (Recuerda que cuando experimentamos ansiedad uno de los síntomas cardinales de este estado es la incapacidad de “recuperar el aliento”).
El corolario de este conocimiento es que el llanto es la forma natural que nuestro cuerpo encuentra para disminuir la tensión emocional cuando perdemos a un ser querido. Reprimir el llanto es, por lo tanto, el mayor error que cometen aquellos que intentan duelar adecuadamente.
Una fuente de frustración constante en la vida son las circunstancias vitales no elegidas.
Nacemos en un momento histórico determinado, en familias que no elegimos, en lugares o países que no son de nuestro gusto. Aquellos que nos preceden en la vida tomaron todas las decisiones mas importantes sobre nuestras vidas durante muchos años antes de que adquirieramos cierto grado de independencia. Los seres humanos son los animales que tienen el período de dependencia más largo antes de llegar a la edad adulta. Somos los únicos seres vivos que tenemos que pasar por un período muy largo de educación antes de poder “volar por nosotros mismos.” Estos mismos hechos de la vida son muy frustrantes para todos nosotros, pero son esenciales para la supervivencia, ya que no podemos sobrevivir en nuestros propios términos en nuestra infancia.
La frustración: una definición
La frustración es “un sentimiento de resentimiento cuando las cosas y las personas no se comportan de la manera que nos gustaría.” La frustración es la situación típica en la que la clavija redonda no encaja en el orificio cuadrado. La frustración es el resultado del hecho de que este mundo no está hecho para nuestro propio placer o satisfacción.
El Universo, mal que nos pese, no ha sido creado para hacernos felices a los humanos. Y esa es una píldora que es muy difícil de tragar. Esa realidad de la vida es aún más difícil de aceptar para aquellos de nosotros en los Estados Unidos y en el mundo occidental que nos cortamos los dientes viendo películas de Disney.
La frustración es no poder aceptar “lo que ES” y al mismo tiempo repudiarlo con enojo. Tenemos nuestros propios deseos y anhelos. Queremos que el mundo y las personas sean y se comporten de cierta manera–y el mundo y las personas siempre nos defraudan. Por lo tanto, nos frustramos. Esa frustración no es otra cosa que una forma de enojo por los hechos del mundo por darse cuenta de la cruda realidad de que, en su mayor parte, las cosas y las personas no responden a nuestras expectativas. Y lo peor de todo, la “frustración” y las pérdidas son un hecho inevitable de la vida.
La mayor frustración en la vida es la pérdida: y la pérdida irreversible por antonomasia es la muerte.
Mientras estamos vivos, la muerte es algo que “le sucede a otra persona.” La muerte nunca es nuestra propia muerte, la cual no podemos concebir. Es un hecho, somos los únicos que no asistimos a nuestro velorio y funeral. Esta es la verdad final que todos queremos evitar. Aunque todos sabemos que algún día tendremos que enfrentarnos con eso. Y, sin embargo, somos el único ser vivo en este planeta que sabe que está “hecho para la muerte”, como dicen los existencialistas.
Sabemos que la vida tiene un principio y un final. Y sabemos que un día también vamos a morir, pero no lo creemos. Este pensamiento es demasiado insoportable para tenerlo en cuenta por más de unos minutos sin volverse loco. Entonces, la mayoría de nosotros vivimos rechazandolo y viviendo como si la muerte no existiera.
Esta negación de la realidad de la Muerte hace que nuestras vidas sean mucho más tolerables. Y sin embargo, cuando fallece alguien que amamos, ya no podemos rechazarlo. La pura realidad de la Muerte está ahí y no hay forma de evitarla. Entonces, cuando alguien a quien amamos muere, no solo lloramos por la persona que hemos perdido, sino que también recibimos “una llamada de atención” sobre nuestra propia mortalidad que hemos mantenido fuera de nuestra conciencia durante tanto tiempo.
Cómo entré en contacto con esta realidad al principio de mi vida
Esta es una realidad que personalmente tuve que afrontar al principio de mi vida. Perdí a mi padre por una hemorragia cerebral inesperada cuando tenía once años. Era médico y estaba trabajando en el hospital de guardia en un lindo dia de domingo Argentino. Incluso almorzamos con él ese día. Lo vi alejarse en su rambler ambassador mientras me dejaba en casa de un amigo. Yo sería el último miembro de mi familia que lo volvería a ver vivo. A la mañana siguiente, tendría que verlo en un ataúd en su velatorio antes de su funeral. Esta fue la primera vez en mi vida que vi un cadáver. Nunca olvidaré el frío de su frente en mis labios cuando le di un beso de despedida final ese frío lunes de junio de 1974.
Pero este trágico suceso tendría enormes consecuencias en el resto de mi vida. Este episodio de pérdida dio forma a toda mi vida. Mi vida a partir de ese momento se volvió diferente como resultado de mi contacto temprano con las realidad de la muerte, el dolor, y la pérdida. Entonces, puedo escribir sobre esto hoy–no porque lo haya estudiado en libros, o porque los cientos de pacientes que traté perdieron a un ser querido–sino porque experimenté el dolor con toda su fuerza muy temprano en mi propia vida. Y esta experiencia de dolor me enseñó mucho sobre la vida. También me marcaría indeleblemente, y en la forma en que veo la vida ( y la muerte), por el resto de mi vida de todas las formas imaginables.
Las “Cuatro Nobles Verdades del Buda” y por qué deberíamos conocerlas
La historia cuenta que Siddhartha Gautama era un príncipe que vivía en un reino en lo que hoy sería la frontera de Nepal e India. Se podría decir que era un hombre que “lo tenía todo en la vida”. Era bien parecido, rico, poderoso, y tenía una esposa e hijo a los 28 años. Pero Siddhartha quería ver cómo era la vida “realmente” allí fuera de la protección de su palacio. Entonces, se adentró en el “mundo real” para descubrir cómo era la vida de sus súbditos. Y encontró pobreza, enfermedad–muerte y pérdida–en todos los lugares a los que fue. Así se dio cuenta de la extensión de la miseria humana.
Entonces, dejó atrás su vida privilegiada para meterse en el mundo y encontrar “la verdad” sobre la existencia. A partir de ese momento, su objetivo a largo plazo se convirtió en encontrar la fórmula para disminuir el sufrimiento en la vida: a esto el lo llamó su “Iluminación”. El alcanzarla transformaría a Siddhartha en el Buda, el “Iluminado.”
Siddhartha se unió a unos monjes ascetas y lo intentó todo durante más de tres décadas sin éxito. Hasta que un día, decidido a encontrar la “iluminación,” se sentó a meditar bajo un árbol Bodhi. Estaba decidido a no salir de su meditación hasta que encontrara la iluminación. La “iluminación” o “el despertar,” desde su perspectiva, fue la realización de la esencia de la vida y el hallazgo de una fórmula para la manera correcta de vivir a fin de disminuir el sufrimiento en la vida.
La leyenda dice que después de horas de meditación bajo el árbol, salió del estado meditativo y finalmente alcanzó “la Iluminación.” Su “iluminación” se sintetizó en una fórmula simple para disminuir el sufrimiento ahora conocida como “las Cuatro Nobles Verdades,” que constituyen los cimientos del Budismo. Y aquí van, del Buda, a través de mí, para ti, “las Cuatro Nobles Verdades” para disminuir el sufrimiento en la vida:
1- La vida es sufrimiento.
2-Todo y todos en la vida son pasajeros. Nada, ni nadie, permanece igual para siempre.
3-La fuente de nuestro sufrimiento son nuestros apegos. Sufrimos porque nos apegamos a cosas y personas que son transitorias y que algún día desaparecerán.
4 La “Cuarta Noble Verdad” es el legado del Buda, su receta para la Humanidad. Dijo: “Para disminuir el sufrimiento en la vida, practica el desapego“.
Esta fórmula de cuatro líneas es extremadamente útil cuando tenemos que vernosla con el dolor y la pérdida en nuestras vidas. Es el único consejo que tiene posibilidades de funcionar. Nos prepara desde el principio para afrontar las inevitables realidades de la vida. Estas verdades, y su comprensión se convierten en un método de prevención del sufrimiento excesivo en la vida.
Reflexión sobre las Cuatro Verdades Fundamentales de Buda
El significado de estas verdades no debe malinterpretarse pensando que significan que “no debemos amar a nadie en la vida para evitar el dolor.” Las “Cuatro Nobles Verdades” no significan que no debamos apegarnos en absoluto, sino que siempre debemos mantener la independencia del ser, un cierto desapego de las personas y las cosas. Debemos entonces aprender a vivir sin aquellos a quienes amamos si la situación lo requiere. Y el otro mensaje para tener en cuenta de esta comprensión, es que debemos disfrutar de su presencia en nuestras vidas tanto como sea posible mientras todavía están allí.
En mi próximo artículo examinaré el duelo y la pérdida con más profundidad. Explicaré sus mecanismos y haré sugerencias para enfrentar el duelo de manera más efectiva. Sin embargo, en este primera entrega, quise presentar el asunto como un hecho ineludible de la vida. Dado que nadie sale vivo de este planeta, y que no importa quién seas, en algún momento experimentarás una pérdida, es esencial que aprendas a enfrentarla de manera efectiva. Esto equivale a decir que–sabiendo que en algún momento experimentará inundaciones–es vital que aprendas a nadar si no quieres morir cuando la inundación ocurra. Estoy aquí para ayudarte a aprender a nadar en el océano de la pérdida, la tristeza, y el dolor.
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y que tengas unas felices y pacíficas fiestas de fin de año,
El Dr. T
Cada vez se ponen más interesantes tus artículos, este lo leí dos veces y ahora espero ansiosa los capítulos siguientes sobre este mismo tema.
Sería interesante discutirlo en un pequeño grupo.
Quien sos?