Los cinco primeros pasos para mejorar tu autoestima
Este artículo es el primero de una serie sobre cómo desarrollar y mejorar tu autoestima. En esta publicación, te proporcionaré los primeros cinco pasos que debes seguir para que te aprendas a amarte a ti mismo/a.
Autoestima, una definición
La autoestima, como la palabra lo dice claramente, significa “la apreciación que tenemos por nosotros mismos”. Otra palabra para hablar de la autoestima es “amor propio”. Ambos conceptos se componen de dos palabras: (auto) “Yo” y (estima) “Amor”. Este es el caso porque estas dos palabras describen una relación entre el Sí Mismo y el Yo.
Yo agregaría que cuando nos amamos a nosotros mismos, también nos gustamos a nosotros mismos. Cuando tenemos amor propio, nos gusta lo que somos y quiénes somos. Por otro lado, cuando tenemos baja autoestima, o no nos gustamos de nosotros mismos, despreciamos qué y quiénes somos. En esas circunstancias estamos profundamente insatisfechos con nosotros mismos. Entonces, la autoestima es un estado de autosatisfacción; mientras que su falta es un estado de insatisfacción con uno mismo.
Autoestima versus egoísmo
Sin embargo, el término “amor propio” no se usa a menudo en el habla actual. Este es el caso porque a menudo se la confunde con el”egoísmo”, una palabra que tiene profundas connotaciones negativas. Vale notar que el término que se usa actualmente para describir el “egoísmo” es “narcisismo,” aunque técnicamente no sean lo mismo. Sin embargo, aun cuando el “egoísmo” pueda parecer “amor-propio”, no es parte de una autoestima saludable.
El “Egoísmo” significa querer cosas buenas exclusivamente para nosotros en detrimento de los demás. Es una actitud de “Yo siempre primero” junto con una de “Yo, mi, mío”. Esta es la postura narcisista del “Me importa un bledo tu bienestar, mientras Yo esté bien”. Es interesante destacar que, paradójicamente, las personas pueden ser egoístas y carecer de una autoestima saludable. Ellas estan siempre insatisfechas consigo mismas.
El amor propio es una actitud de “Me amo y me preocupo por mí, pero también te amo y me preocupo por ti”. Si tengo una autoestima sana, quiero cosas buenas para mí y para ti también. Esta es un tipo de actitud diferente de la anterior. Ella implica una disposición de espíritu de que “Yo gano-Tu ganas” hacia los demás seres humanos.
La fuente histórica y religiosa de esta confusión
Parte de esta confusión entre “amor propio” y “egoísmo” proviene de la forma en que las iglesias interpretaron el mensaje de Jesús a través de los siglos. Esta confusión se reduce a la interpretación errada del mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” En el cristianismo, este mandamiento es el mayor y solo es superado por el primero que es “Amar a Dios sobre todas las cosas”.
Desafortunadamente, la forma en que este mandamiento ha sido enseñado a través de generaciones ha puesto el énfasis en la primera parte perdiendo la segunda por completo. Esta confusión condujo a una moral cristiana tradicional basada en el lema “todo para el otro”. En términos prácticos, esta interpretación errónea llevó a una exaltación exclusiva del sacrificio personal a expensas del amor propio como la máxima virtud cristiana. Pero esta postura de abnegación, cuando es tan excesiva, conduce siempre al masoquismo moral. Esta forma de sacrificio personal compulsivo y masoquista se materializó históricamente en el maltrato de los cuerpos “para purgar el pecado” – y en la Edad Media – se expresó en la autoflagelación.
¿Qué significa realmente el mandamiento cristiano desde un punto de vista psicológico?
El mandamiento establece claramente que debemos amar a nuestro prójimo “como a nosotros mismos”.
Esto solo puede significar dos cosas:
1- No podemos amarnos realmente a nosotros mismos, es decir, tener una autoestima saludable, a menos que amemos también a los demás
2-No podemos amar a los demás si no nos amamos a nosotros mismos primero; de lo contrario, el amor que damos a los demas no tiene valor alguno.
Las implicaciones de esta lectura del mandamiento son profundas. Ellas Implican que nosotros debemos estar incluidos en ese amor. Si Jesús hubiera querido decirlo de otra manera, lo habría dicho así. En su lugar, el mandamiento habría dicho más bien: “Ama a tu prójimo y despreciate a ti mismo”.
Obviamente, Jesus no tenía la intención de dar esta versión del mandamiento. Es solo a raíz de la forma en que sus seguidores interpretaron su mensaje que se creó esta distorsión en la dirección de “todo para el Otro” y nada para el Sí.
Los pasos a seguir para avanzar en la dirección del amor propio
1-Entonces, paso número uno, debes deshacerte de la idea de que amarte a ti mismo equivale a ser egocéntrico, narcisista, o egoísta. Esto significa deshacerte de la culpa por amarte, tratarte, y quererte bien. Amarte a ti mismo/a es simplemente extender la actitud de amor, no solo a todos los demás, sino también a tu propio Ser. “La caridad debe empezar por casa” en este sentido. Recuerda: Tú también cuentas.
Una posible definición de el Amor
El Amor tiene muchas definiciones. Es una palabra tan amplia que nadie puede definirla completamente; y no haré ese intento aquí. Usaré en cambio mi propia definición práctica de “amor” porque la mayoría de la gente, en el fondo, comprende intuitivamente lo que es el amor. Es así porque lo sienten, incluso si pueden definirlo de otra manera.
En mi opinión, el Amor es una actitud de querer que le sucedan cosas buenas a la otra persona. Y el mismo principio se aplica al concepto de amor propio.
2-El segundo paso significa que deseamos cosas buenas para nosotros. En esta postura, te consideras digno de recibir cosas buenas en tu vida: eres digno de amor. El amor se acompaña del cuidado. Cuando amamos, nos importa el ser querido, lo cuidamos–y esto se aplica también a nuestra autoestima. Del mismo modo, cuando nos amamos nos ocupamos de nosotros mismos. Por lo tanto, nos cuidamos: Cuidamos de nuestro cuerpo y su salud, de nuestra mente y de nuestra vida espiritual.
El amor incluye respeto por la otra persona. Asimismo, la autoestima requiere una actitud de respeto de sí mismo. En el pasado, esta postura se conocía como tener “dignidad personal” o “decencia.” Cuando tenemos “dignidad” personal, creemos que nos merecemos cosas buenas y las esperamos. Estamos convencidos de que tenemos un valor inherente por el mero hecho de existir. En el creyente este valor se halla en la noción de que “Todos somos hijos de Dios y por ende valiosos en sí mismos.” Y sabemos también que podemos contribuir a la sociedad con nuestras habilidades y talentos.
3-Paso tres, cuando amamos, practicamos la aceptación de lo que es.
Esto significa aceptar a los demás como son, y al mismo tiempo implica aceptarnos a nosotros mismos por lo que somos y por quienes somos. Cuando practicamos el amor, estamos del lado de la vida; y también entendemos que la vida se define por el crecimiento.
La persona que ama considera toda forma de vida como “sagrada”. Apreciar y promover la vida y el crecimiento son valores fundamentales para aquel que va en su camino hacia una autoestima saludable. Entonces, cuando realmente amamos, queremos que el ser querido sea quien realmente es y viva una vida plena–y no que se adapte a nuestros prejuicios o lo que esperamos de él o ella.
Porque queremos su crecimiento, queremos ayudar a los que amamos a desarrollar su potencial y convertirse en todo lo que pueden llegar a ser. Este principio también se aplica a nuestro amor por nosotros mismos: En el amor propio, apuntamos a nuestra autorrealización. Cuando nos amamos a nosotros mismos, somos “biofílicos“, es decir, amamos y disfrutamos la vida. Respetamos nuestra vida y respetamos la ajena. Por eso, cuando nos queremos realmente, no nos hacemos daño, no nos intoxicamos, no maltratamos nuestro cuerpo, no lo dañamos de manera alguna y–menos aún–no nos quitamos la vida.
Cuando amamos, protegemos nuestras vidas tanto como las vidas de todos los demás, incluidos los no nacidos y el resto de los seres vivos. Y también somos capaces de respetar nuestros propios deseos y necesidades y de desarrollarnos, realizarnos y crecer sin culpa. Como resultado de esta actitud amorosa global, nos permitimos convertirnos en todo lo que debemos ser: Actualizamos nuestras potencialidades en el proceso de vivir.
4-Paso cuatro, cuando amas tienes paciencia y tolerancia con los demás tanto como por ti mismo.
Esto significa aprender a ser paciente contigo mismo, con tus insuficiencias, tus flaquezas y con tus inhibiciones. Esto significa que reconoces que no eres perfecto, pero que tampoco nadie lo es. Sin embargo, tú aspiras a una mejor versión de ti mismo. Siempre puedes trabajar hacia un ideal superior de quién quieres ser sin rebajar ni despreciar quién eres en el momento presente.
5-Paso cinco, cuando practicamos el amor propio, amamos nuestro cuerpo y lo aceptamos por completo.
No podemos esperar hasta alcanzar nuestro ideal (de cuerpo o de peso) para amarnos a nosotros mismos. Este desprecio personal autoinfligido se ve comúnmente en las personas cuando se quejan de lo que ven reflejado en el espejo. No les gusta algo en sus imágenes corporales o en su peso; y se odian a sí mismas por estas imperfecciones. Se dicen cosas asi como: “Cuando pierda esos 30 kilos de más, podré gustarme a mí misma”. Sin embargo, la realidad es que si no te agradas a ti misma como eres ahora, es poco probable que te gustes cuando pierdas ese peso extra que tanto te aflige.
Recuerda que, al fin y al cabo, no eres esa imagen que ves reflejada en el espejo. En tu esencia, eres mucho más que ese cuerpo que se refleja; eres la “presencia” que observa esa imagen en el espejo. Esa presencia no tiene ni forma ni peso.
Resumen sobre los principios para mejorar tu autoestima
El punto más importante a recordar es este: la autoestima debe provenir del Yo. No puede venir de ningún otro lado. Si dependes de la aprobación de otras personas, entonces no se trata de “Autoestima” sino de “Otroestima”. Y, por definición, la “autoestima” no puede provenir de fuera de tu Ser: ella debe siempre provenir del centro mismo de tu propio Ser, de la Presencia. Contra todo obstáculo, al fin de cuentas, sólo tú puedes decidir que eres valioso o valiosa; ese es tu desafío personal.
Aunque a todos nos encante la aprobación y los aplausos (todos queremos agradar y gustar a los demás), no podemos hacer que nuestro amor por nosotros mismos dependa de lo que los demás piensen de nosotros. Eso nos condena a la dependencia permance y a una forma de suicidio moral.
La autoestima significa que reconoces tu singularidad. En este proceso, te recuerdas a ti mismo el hecho de que eres “un experimento único en la historia de la humanidad”. Nunca ha habido otro Tú igual que tú antes, ni habrá otro después de que hayas dejado este planeta. Incluso si superficialmente, puede parecer que no sea el caso, tienes una razón única y valedera para estar aquí. La vida tiene sentido y tú eres parte de ese Significado Trascendente que involucra a toda la humanidad.
Tu tarea en la vida es encontrar tu significado único y hacerlo realidad. Nada hará más para mejorar su autoestima que lograr eso.
Por lo tanto, utiliza bien tus talentos al servicio de tu desarrollo y en beneficio de los demás. Ámate a ti mismo/a incondicionalmente y comparte ese amor. Si no lo haces, te convertirás en un problema para ti y para los otros. Y sobre todo, evita intentar ser otra persona. Siempre serás el segundo de otro, pero siempre serás un Ti mismo de primera categoría si te concentras en ser quien eres realmente.
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Te deseo lo mejor en tu búsqueda del amor propio y espero verte en mi próxima publicación. Buena suerte en tu Sagrada Búsqueda del Sí Mismo
Hasta entonces,
Dr. T