Crecer con Padres Autoritarios: Sus Efectos Psicológicos
Esta serie examina los efectos en los niños y en los adultos de tener ciertos tipos de padres con una actitud autoritaria. Definitivamente, la forma en que fuimos criados–junto con nuestra estructura genética–son los dos factores determinantes más importantes de lo que nos convertimos como personas. En esta serie, que comenzó con el artículo El Dolor de Sobrevivir a Padres Narcisistas, voy a examinar los efectos psicológicos de ciertos estilos de crianza. Explorare asimismo los efectos que tienen las educaciones totalitarias sobre nuestras vidas emocionales y relacionales y en nuestra vida adulta. En general, la relación temprana con nuestros padres determina nuestros rasgos de personalidad futuros y nuestra relación con las figuras de autoridad y con la ley en general.
Los efectos psicológicos destructivos de las posturas extremas en la disciplina de los niños
Los dos extremos de la disciplina, el autoritarismo y la indulgencia excesiva tienen efectos nocivos sobre el bienestar psicológico de los niños. Y los niños expuestos a estas formas extremas de crianza se convertirán más tarde en adultos neuróticos. Este es particularmente el caso de los niños criados por figuras parentales excesivamente críticas, represivas, y agresivas. En la situación opuesta–la de los padres indulgentes–sus hijos desarrollarán trastornos de personalidad que los pondrán en conflicto con la sociedad al criarse sin reglas ni guía moral.
La salud mental reside en el camino intermedio
Como siempre, la salud mental reside en un equilibrio entre los extremos—la moderacion. Esta postura fue expresada en la antigüedad por la sabiduría de Buda, quien defendió el “Camino Medio” en los asuntos humanos. En la tradición filosófica occidental, este concepto fue expresado por Aristóteles. Este fue el filósofo que recomendaba que “todo debe hacerse en su justa medida y en armonía.” El ideal aristotélico de la “Armonía” reside en evitar los extremos en la crianza de los hijos. Este ideal nos invita a mantenernos alejados de la excesiva autoridad (el autoritarismo) y de la anarquía (indulgencia excesiva).
El carácter autoritario
La “personalidad autoritaria” fue descrita por el filósofo alemán Theodor W. Adorno en 1950 en su libro La Personalidad Autoritaria. En este trabajo seminal, Adorno describió criterios para definir los rasgos de este tipo de personalidad. Adorno clasificó los rasgos autoritarios y su intensidad en las personas en lo que él denominó la ‘escala F’ (F de fascista). Este tipo de personalidad “F” fue postulada como una agregación psicológica que se observa en ciertos individuos autoritarios. El “factor F” es la resultante de sus experiencias infantiles de crianza con padres y sociedades autoritarias.
Según este sociólogo, los rasgos autoritarios incluyen:
- 1-Convencionalismo
- 2-Sumisión a la autoridad y agresión
- 3-Anti-introspección (falta de autoexamen mental o de autocrítica)
- 4-Superstición
- 5-Estereotipia (adherencia a lo igual, rechazo a lo diferente y al cambio)
- 6 -El culto al poder y la “dureza del poder”
- 7-Destructividad
- 8-Cinismo
- 9-Preocupacion exagerada por el sexo con posturas represivas excesivas
El trabajo de investigación de Adorno se llevó a cabo en los anios posteriores a la derrota de la Alemania nazi y la Italia fascista. Por esa razón, “el factor F” (el factor autoritario) representa al término político “fascismo.” El fascismo es entonces una variante de la política de extrema derecha basada en ideología autoritaria extrema. Esta ideología se basa en la sumisión total del individuo al Estado y al líder (el Führer en Alemania y el Duce en Italia). Sin embargo, el autoritarismo no es exclusivo de la extrema derecha política. De hecho, las actitudes y métodos autoritarios fueron (y siguen siendo) utilizados también por los sistemas de izquierda. No hay que olvidar que también hay “fascistas” de izquierda, y ellos pueden ser tan autoritarios como los de extrema derecha.
Históricamente las formas autoritarias de gobierno fueron más la regla más que la excepción hasta el advenimiento de las democracias modernas. Estos regímenes eran considerados normales en la antigüedad en el gobierno de los imperios y reinos. Esta ideologia se basaba en el patriarcalismo mas acendrado. En los tiempos modernos, los mejores ejemplos de regímenes autoritarios de izquierda fueron el de Stalin en la Unión Soviética, el de Mao en la China comunista, y el de Kim Jong-Un en Corea del Norte.
En las Américas, estos regímenes autoritarios son evidentes en la Cuba de los Castro y en la Venezuela de Chavez y Maduro. Por encontrarse en ambos lados del espectro político, en lugar de hablar del “factor F” que está sesgado en exclusiva para describir autoritarios de extrema derecha, debemos hablar más bien del “factor T.” El “factor T” representa la mentalidad totalitaria independientemente de los colores políticos o religiosos del individuo o del sistema de gobierno en cuestión.
La mentalidad totalitaria es la expresión extrema del carácter autoritario
Esta es una mentalidad que impregna a un individuo, a una cultura, a una sociedad. Se evidencia en una organizacion religiosa, una corporacion, un partido político, y/o a una nación. Dentro de estos sistemas de organización encontramos a muchos individuos con rasgos autoritarios. Ellos intentan imponer sus ideologías al resto de la sociedad si es necesario mediante la intimidacion y la fuerza. Esta mentalidad se basa en la convicción de que los demás no tienen derecho a pensar, vivir, o creer de manera diferente que ellos. Es una concepción basada en el intento de Control Total del Otro y de rechazo al principio de libre elección y libertad individual.
La personalidad autoritaria sostiene una forma no objetiva, unilateral de ver a las personas, las ideas políticas y religiosas y el mundo en general. Es una forma rígida de pensamiento que divide a las personas y a las cosas en blanco y negro y en correcto e incorrecto. El individuo totalitario se niega a ver los verdaderos matices de la realidad. Para él o ella no hay grises: la realidad, y todos las demás personas deben adaptarse a ellos y no de otra manera.
Cuando se trata de un individuo autoritario, estás con él o en su contra. Si eres moderado, te acusarán de ser “tibio” o débil.” Si ellos están a la derecha del espectro político donde tú te sitúas, dirán que eres “una cabeza rosada” o un “zurdo.” Si están en la extrema izquierda, ellos dirán que eres “un fascista.” Pero ninguna posición que no esté completamente de acuerdo con su forma estrecha de ver las cosas será aceptable para el personaje totalitario.
La mentalidad dicotómica: los peligros del extremismo y el fundamentalismo
El autoritario no puede ver totalidades, sólo ve parcialidades: Él o ella suele ser un extremista y un fanático. Los autoritarios de cualquier tipo creen en los fundamentos. Los “fundamentos” son interpretaciones muy estrictas y literales de las doctrinas religiosas o de las Sagradas Escrituras–o de manifiestos de ideología política de derecha o de izquierda. Los fundamentos suelen ser peligrosos en el ámbito de la política o la religión, ya que son la fuente de todas las formas de discursos y excesos intolerantes.
Claros ejemplos actuales e históricos de fundamentalismos están presentes en todas las grandes religiones del mundo. Pero ellos son particularmente notables en algunas denominaciones protestantes, en el catolicismo ortodoxo, en ramas del extremismo Islámico–e incluso en pequeños grupos del judaísmo ortodoxo. En el curso de la historia humana, el fundamentalismo en la religión condujo a los horrores y tragedias de las Cruzadas, la Inquisición, la caza de brujas, los pogromos, el holocausto y otras formas de genocidios. Todos estos actos de lesa humanidad se llevaron a cabo en nombre de “Dios” o “el poder superior” del Führer, el Czar, el Emperador, el Rey, el Estado o la Raza.
La ideología que sostiene al fundamentalismo
La idea detrás de CUALQUIER fundamentalismo es que el fundamentalista y su grupo creen tener siempre la razón de su lado. Y cualquiera que sostenga diferente creencias está siempre equivocado y debe ser destruido. Los otros, (los que no pertenecen a su grupo) son “infieles,’ “paganos,” ”el enemigo”–o están equivocados de cabo a rabo–y por ende son considerados completamente inmorales.
La persona autoritaria se erige a sí misma como juez supremo de los demás. Él o ella cree que siempre tiene la razón–y prefiere tenerla antes que ser amable o razonable y respetuoso de los demás y sus diferencias. La característica principal de su personalidad es un sentimiento de soberbia y de superioridad sobre todos los demás seres humanos. En el área de raza y nación, esta mentalidad opresora conduce a la ideología de la Supremacía Blanca actualmente tan activa en los Estados Unidos y Europa. Esta ideología racista es la base de la xenofobia nazi que llevó al mundo al holocausto. Su resultado historico fue el asesinato de más de 6 millones de judíos y 54 millones de personas de todas las nacionalidades durante la Segunda Guerra Mundial.
Reconociendo los rasgos autoritarios de tus padres y sus consecuencias en ti
Admitamos el hecho de que no existe un padre o madre perfectos: Todos tenemos defectos en esta área de la vida. No hay escuela para padres. Como padres simplemente tendemos a repetir inconscientemente lo que nuestros padres hicieron con nosotros. Es sin embargo importante recordar que la paternidad requiere ejercer un cierto grado de autoridad sobre nuestros hijos. Este es un hecho inevitable de la vida. La pregunta central es qué tipo de autoridad ejerce la figura paterna en su rol parental.
En este sentido hay tres posturas básicas posibles:
1-El autoritarismo
2-El laissez faire o la indulgencia
3-El ejercicio de la autoridad racional
Los efectos de los padres autoritarios en los hijos
Lo que más quieren los hijos es ser amados por sus padres. Los niños desean ser protegidos y admirados por ellos. Ellos quieren ser aprobados por las figuras parentales. Necesitan su aprobación para sobrevivir, crecer, y para sentirse bien consigo mismos. Si estas necesidades emocionales son satisfechas por las figuras parentales, entonces ellos desarrollan un buen sentido de la autoestima y adquieren confianza en sí mismos más adelante en la vida. Cuando los padres son autoritarios con sus hijos hay cuatro posibilidades en cuanto al desarrollo psicológico de los hijos:
- 1-Los hijos se vuelven demasiado sumisos y no aprenden a tomar la iniciativa y tomar decisiones por sí mismos. Esto significa que se vuelven demasiado dependientes de la autoridad externa. También pueden crecer temerosos, complacientes y propensos a convertirse en seguidores. En general se tornan propensos a la preocupación constante.
- 2-Los niños se identifican con el padre autoritario y se convierten ellos mismos en personalidades autoritarias imponiendo sus reglas rígidas a su propia descendencia.
- 3-Los hijos se rebelan contra cualquier autoridad convirtiéndose en el proceso en “rebeldes sin causa” e incluso pueden tener problemas con la ley cuando son adultos.
- 4-Los hijos dejan atrás a sus padres e intentan ignorarlos manteniendo una saludable distancia de ellos. A veces, lo hacen moviéndose de ellos lo más lejos que pueden, al otro lado del país si les es posible.
El padre autoritario es un crítico perenne que nunca está del todo satisfecho con su hijo:
El padre/madre autoritaria siempre es excesivamente crítico, culpabilizador y avergonzador del niño. Él o ella nunca está del todo satisfecho con lo que hacen sus hijos. Por esta razón, no importa cuánto se esfuerce el niño por complacer las expectativas de este tipo de padres, ellos sienten que siempre se están quedando cortos de lo que se espera de ellos. Este sentimiento de insuficiencia e inferioridad los lleva a lo que yo llamo el “síndrome de no sentirse suficientemente bueno” tan comúnmente visto en la práctica clínica psiquiátrica en los Estados Unidos.
En estas condiciones, el niño desarrolla una tendencia a la culpa excesiva, a avergonzarse fácilmente por nimiedades y a volverse excesivamente autocrítico. Ellos pueden temer en extremo o idealizar demasiado a los padres o a las figuras de autoridad. Se vuelven así, personas inseguras y viven en un estado constante de temor de estar en falta y de preocupación por la vida. Estas personas van por la vida y se relacionan con las figuras de autoridad como si siempre tuvieran la culpa de algo. Este sentimiento de culpa inconsciente socava su sentido de independencia, su autoestima, su autoconfianza y su afirmación como seres humanos valiosos.
Finalmente, este niño oprimido por padres autoritarios no puede elegir libremente sus afiliaciones políticas o religiosas sin incurrir en la ira de los padres o la desaprobación del clan. Esta situación de crianza autoritaria conduce a una adhesión hipócrita a los valores de los padres y / o sus afiliaciones religiosas y políticas. Eventualmente, cuando estos hijos abandonan el nido, ellos dejan atrás su grupo de pertenencia original, ya sea una iglesia o una afiliación política, pero siempre sienten culpa inconsciente por haberlo hecho. Es como que llevan a cuestas un sentido de “traición original” a su familia de origen. Como resultado de esta rebelión, muchos de estos niños se enojan con la religión por completo y se vuelven ateos. Ellos desarrollan así una “alergia” a las formas autoritarias doctrinales en las que fueron criados en sus iglesias.
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Espero verte en mi próxima publicación,
Hasta entonces,
Dr. T