El Dolor de Sobrevivir a Padres Narcisistas
Esta publicación es la primera de una serie sobre cómo sobrevivir a los padres narcisistas. En mis publicaciones anteriores sobre Entendiendo el Narcisismo, describí el narcisismo y los narcisistas. Te sugiero que leas esa publicación como una introducción a esta.
En ese artículo clasifiqué a los narcisistas en dos subtipos:
1-Los narcisistas “malignos”
2-Los más benignos
Sin embargo, todos los narcisistas son personas muy difíciles de tratar incluso si no pertenecen al tipo “maligno.” Entonces, en esta serie me enfocaré en los padres con trastornos narcisistas de la personalidad y eso incluirá los diferentes tipos.
En este primer post, presentaré el tema desde una perspectiva histórica. Revisaré algunos de los factores que han conducido a un crecimiento masivo de actitudes parentales narcisistas en el mundo posmoderno. Comenzaré centrándome en los padres con los típicos trastornos narcisistas de la personalidad. No me referiré aquí a las personalidades antisociales o limítrofes (Borderline) más severas. Estas personas también son narcisistas, pero tienen otras características psicológicas más disfuncionales.
El sello distintivo del narcisismo es una actitud egocéntrica
Las personas narcisistas son “todo para sí mismas”, como se dice comúnmente. Sus gigantescos Egos gobiernan sin piedad sus vidas y su interacción con los demás. Debido a su extremado egocentrismo, las personas narcisistas tienen problemas para tomar en cuenta las necesidades y deseos de otras personas. Ellos ven a los demás como “extensiones” de sí mismos o como objetos que pueden utilizar para su autosatisfacción. Los narcisistas aplican la misma actitud egocéntrica cuando se relacionan con sus hijos.
La “posición actitudinal” hacia los demás define los diferentes tipos de personalidades.
Desde esta perspectiva, en lo que respecta a la orientación del Otro (todos los demás), encontramos groseramente tres tipos de personas:
1-Los narcisistas que son “todos para sí mismos”.
2-Los altruistas, que son “todos para el Otro”.
3-El individuo “normal”, que tiene una posición intermedia. Este último grupo se encuentra en algún lugar entre estos dos extremos. Ellos pueden pensar en sí mismos/as y en sus necesidades, pero también pueden tener en cuenta las necesidades de los demás.
–Los narcisistas es un grupo que ha aumentado constantemente en la sociedad estadounidense y en el resto del mundo occidental en el curso del último medio siglo. Este proceso de inclinación hacia el egocentrismo comenzó a finales de la década de 1950 y continúa en la actualidad en los 2020. Particularmente, esta es la tendencia en la sociedad estadounidense en donde cada vez más frecuentemente encontramos personas de todas las edades con rasgos egocéntricos. Hay aqui cada vez mas gente que no pueden or quieren tener en cuenta las necesidades y deseos de los demás.
–Los altruistas en general son una minoría en vías de extinción en el mundo actual. Este tipo solía ser más común en épocas pasadas mas tradicionales. Pero, con el crecimiento del consumismo, el materialismo y el individualismo radical que tuvo lugar en la sociedad estadounidense a partir de la década de los sesenta, el altruismo como actitud social ha disminuido notablemente.
Este es el caso, ya que el altruismo es el resultado de la educación religiosa y moral. En general, aunque no siempre, una actitud altruista resulta de la implementación de los diez mandamientos de la tradición judeocristiana. Y, como es bien sabido, la religiosidad ha estado en declive en el último medio siglo en el mundo occidental. Los Estados Unidos tienen hoy el número porcentual más bajo de miembros de la iglesia en su historia.
En el tercer grupo–lo que podríamos considerar el individuo (estadísticamente) “normal.” En este individuo ambas actitudes se pueden ver en ciertas ocasiones, con un predominio de una u otra en los individuos en diferentes momentos. Las personas tienen diferentes grados de egoísmo (egocentrismo) y altruismo mezclados en diferentes proporciones en sus personalidades. Sin embargo, este grupo de los llamados “normales” también está disminuyendo actualmente. Esto es hay un menor numero de ellos en favor del avance de los rasgos narcisistas de personalidad cada vez más prevalentes en la sociedad posmoderna.
Los cambios en los roles de las figuras parentales desde la década de 1960
Las generaciones que fueron niños en las décadas de 1950 y 1960 fueron las últimas en tener el privilegio de tener figuras parentales que respondían al rol tradicional de los padres como adultos y de los niños como niños. Los programs de televisión estadounidenses orientados a la familia de la década de 1950, de los cuales “Father Knows Best” (EL Padre Sabe Mas) era el más representativo, eran la norma en la década de los cincuenta, menos comunes en los sesenta–y prácticamente desaparecieron a finales de los setenta y más allá. A partir the los 1980s el padre, o estaba ausente en la familia, o la familia era ensamblada, o el el era el objeto de escarnio y de broma de su mujer y sus hijos.
Con la revolución social de los años sesenta, cada vez más, la juventud de esa época (la generación de los Beatles) se obsesionó con permanecer “siempre joven.” Esta tendencia a creer en la “eterna juventud” presente en muchos de los Baby Boomers (la generación de Norteamericanos nacidos entre 1946 y 1964) llevó a un estilo de crianza muy diferente delas generaciones que precedieron a los Boomers en los años venideros.
Los “Boomers” se rebelaron contra las generaciones anteriores que habían conservado la noción de respeto a la autoridad parental y que conservaban confianza en el sistema. En esa época quedaban aun restos de la sociedad patriarcal que había predominado en el mundo occidental en el siglo XIX y en la primera mitad del siglo XX. Estos restos se irian perdiendo con el correr de los anios hasta llegar a la anomia relacional que rije la tercer decada del siglo XXI.
La familia tradicional–aunque ya se habia erosionando rápidamente en los EE. UU. enlos años de la segunda guerra mundial–hacia 1950 todavía seguia en vigencia en la sociedad estadounidense. Los niños de aquel entonces por ende se beneficiaban de ese arreglo familiar social estructurado. En ese momento histórico, la mayoría de los niños todavía crecían con la presencia de ambos padres en el hogar; la mayoría de los padres estaban casados; y vivían los padres vivian juntos y con sus hijos. Para dar una idea de la intensidad de los cambios sociales y familiares que tuvieron lugar en dos décadas del siglo XX en este país, vemos que–mientras en 1950 se completaron 300 mil divorcio, en el año 1978 ¡el número total se había disparado a 16 millones!
¿Qué cambió tan drásticamente en ese período de 18 años?
Los años sesenta fueron “la década puente” entre los “conservadores” cincuenta y los “liberales” años setenta. Esta década revolucionaria presenció muchos movimientos sociales. Durante los sesenta se efectuaron profundos cambios en la s normas sociales, las leyes, y las costumbres. Estos movimientos incluyeron los de derechos civiles, el de los hippies, el feminista, el de la guerra de Vietnam y el movimiento contra “establshment.” Todos estos movimientos antitradicionales tuvieron lugar al mismo tiempo durante esa extraordinaria década del siglo XX. Y los cambios introducidos por ellos continuaron en la sociedad Americana, y se intensificaron aun mas hacia fines de la década de 1970 y más allá. En el siglo XXI seguimos evolucionando basados en los gérmenes de la “nueva sociedad” establecidos desde entonces.
El nacimiento de la cultura de las drogas en Estados Unidos
Los años sesenta también vieron la primera explosión del uso generalizado de drogas en los Estados Unidos. Esto llevó a lo que se dio en llamar “La Cultura de las Drogas.” Desde ese momento, y desde hace 6 décadas, esta “cultura de las drogas” solo se ha ido fortaleciendo en los Estados Unidos. Esto es así hasta tal punto que hoy en día se siguen legalizando más y más drogas adictivas y se ha generalizado su uso. El mejor ejemplo de esta tendencia es la legalización de la marihuana en los EE. UU. y en muchos otros países del mundo.
La joven generación de los primeros Boomers, en los años sesenta, se rebeló contra la “generación anterior” que había luchado en la Segunda Guerra Mundial y contra la de sus abuelos–los últimos victorianos que habían luchado “la Gran Guerra”. Esta generación de jóvenes boomers de los sesenta son hoy los abuelos o bisabuelos de los niños de la década de 2020.
Los Baby Boomers en los EEUU son el grupo etario más grande en la historia de Estados Unidos. Todavía hay unos 70 millones de representantes vivos y coleando hoy día. La mayoría de ellos están jubilados, retirándose ahora, o están a pocos años de jubilarse. Y los Baby Boomers, una generación a la que yo mismo pertenezco, fueron la primera generación narcisista con la actitud “Todo sobre mí; Yo primero.” No en vano, George Harrison (un Baby Boomer mayor) escribió en 1968 una canción que llamó “I, Me, Mine” describiendo esta actitud cada vez más generalizada en los de su generación.
Los hijos del amor
El verano de 1967 en los EEUU fueron apodados el “Verano del amor.” Este “verano” no se trató tanto de “Amor,” sino de consumir drogas gratis, tener sexo indiscriminado y bailar mucho rock and roll. El epicentro de este evento fue el barrio de Ashbury Heights en San Francisco. Por supuesto, todos estos movimientos de liberación fueron más fuertes en la California liberal que en otras partes del país, pero la actitud de rebeldía juvenil de esos anios afectó el tejido moral de toda la nación.
El crecimiento del movimiento hippie llevó a muchos estadounidenses a unirse a un estilo de vida contracultural. La contracultura en esos años predicaba “Haz el amor y no la guerra” y una actitud de disfrutar el hoy y sus placeres y de no pensar en el mañana. Este nuevo estilo de vida “alternativo” incluía la vida en comunidad, el uso de drogas, y las activiades sexuales casuales. Este movimiento tenía una visión mucho más liberal y antirreligiosa del sexo, el matrimonio, y de la crianza de los niños.
El problema con el enfoque liberal de los hippies es este: Nos guste o no, e independientemente de lo agradable que pueda ser la actividad sexual libre, los niños son el producto de la actividad sexual. Y cuando el sexo se volvió casual después de que se inventó la píldora en 1960, muchos niños se convirtieron en el producto de aventuras sexuales de una noche. Como resultado de esta relajación de la moral sexual impulsada por el psicoanálisis, el feminismo, el igualitarismo–y el consumerismo capitalista–comenzaron a nacer más y más niños fuera del matrimonio y así estalló el fenómeno de la madre soltera en los Estados Unidos.
La nueva familia Norteamericana
Fue en los años sesenta cuando aparecieron las primeras familias ensambladas. A principios de los setenta, eran la regla más que la excepción. La familia tradicional, con los dos padres heterosexuales casados y presentes en la vida del niño, como se veía en las series de la década de 1950–y cuyos mejores ejemplos fueron “Father Knows Best” (Papá Sabe Que es Lo mejor) o “Lassie”–dieron lugar al mucho más liberal “Brady Bunch” (La Tribu Brady). Esta comedia de situación de los años setenta fue la primera que retrató, y glamorizo, la vida de una familia estadounidense ensamblada.
El sello distintivo del padre narcisista es el egocentrismo y su falta de asumpcion de las responsabilidades adultas.
El padre o madre narcisista es alguien que, emocionalmente, nunca pasó de la etapa de desarrollo emocional de 5 años. Esta es la edad en la que un niño se siente “el rey o la reina de Inglaterra.” A los 5 años, una actitud egocéntrica de este tipo puede considerarse “normal.” A los 35 años, y en el rol parental, definitivamente no lo es.
Entonces, el narcisista es alguien que, por las razones que sean, mantuvo la postura narcisista de la infancia en sus vidas más allá de la edad en la que esta actitud puede considerarse normal. El niño narcisista se convirtió en un adolescente narcisista que luego dio lugar a un joven narcisista. El individuo creció mental y cognitivamente, pero no emocionalmente.
Los narcisistas nunca pudieron dejar atrás la etapa de la infancia en la que los padres y otras personas debían atender sus necesidades. Estos individuos centrados en sí mismos permanecieron atrincherados en una actitud de “Me deben algo”; “Me merezco amor y admiración independientemente de mi mérito; “Y” el mundo me debe admiración y pleitesía “. Desafortunadamente, esa cosmovisión “entitulada” del Yo propio incluye tambien al fruto de su actividad sexual: sus hijos.
Se necesita una cuota de altruismo para ser una madre o un padre “suficientemente bueno”.
La posición de ser un niño en la vida es de pasividad, de recibir amor y cuidado, y de aprender por ensayo y error. La responsabilidad está ausente en los bebés. La responsabilidad es inculcada en la mente de los niños por los padres, las autoridades religiosas y los educadores en la escuela–y lleva muchos años desarrollarla.
En la sociedad estadounidense, cuando alguien cumple 18 años, se le considera “un adulto.” Ahora es libre–y por su edad–disfruta de derechos individuales protegidos constitucionalmente. Pero el individuo no tiene salvaguardas, apoyo–ni dirección alguna–de la sociedad. La sociedad ahora espera la plena responsabilidad de las acciones del individuo “adulto”, incluidas, por supuesto, las consecuencias de sus acciones sexuales. Pero esa expectativa social no significa necesariamente que la persona asuma ese papel de adulto.
El individuo que permanece en una mentalidad de infancia pasada la adolescencia no puede convertirse en un padre lo suficientemente bueno. Esto es así porque no es un adulto suficientemente amoroso o responsable.
Los narcisistas no necesitan una licencia para tener hijos.
Aunque en los Estados Unidos se considera “un privilegio” conducir–y se requiere tomar una clase de 6 meses y aprobar exámenes rigurosos para obtener una licencia de conducir–no es necesario tal requisito para tener hijos. Cualquiera puede tener relaciones sexuales, quedar embarazada, o dejar embarazada a alguien, convirtiéndose en un padre/madre biológico, ya sea que uno sea apto para la tarea o no.
Dado que la edad de la primera relación sexual se ha ido reduciendo a los primeros años de la adolescencia con cada década que pasó desde los años sesenta, no es de extrañar que haya un rápido aumento de embarazos en la adolescencia y / o embarazos precoces no deseados. Es bien sabido que los adolescentes y los jóvenes en general están mal preparados para ser padres. Esto se debe al hecho que para poder convertirse en un buen padre se requiere establecerse como un adulto en la vida y participar en una relación estable, segura y de mutuo apoyo.
Esta situación estable y de mutuo apoyo en la vida de las mujeres se volvió cada vez más rara en el último medio siglo. A medida que la actividad sexual se volvió mas y mas casual y mas común fuera del matrimonio, ya no existía la necesidad de que el matrimonio estabilizara la relación entre los padres de forma permanente a través de los votos matrimoniales. El fácil acceso sexual a las mujeres que trajo la “revolución sexual” creó una marcada falta de responsabilidad en los hombres. El resultado de esta relajación de las costumbres sociales, sexuales y de las normas legales, lo vemos hoy cuando tratamos con millones de personas afectadas por la actividad sexual narcisista de los padres.
Esto no significa, ni mucho menos, que toda persona que queda embarazada o que deja embarazada a alguien fuera del matrimonio sea un narcisista. Pero la realidad es que, a menos que uno pueda convertirse en un adulto responsable en una relación estable con una persona del sexo opuesto, las condiciones para ser buenos padres se ven obstaculizadas. En resumen, la buena crianza de los hijos requiere una cierta medida de estabilidad, amor, altruismo y autosacrificio. Las personas que son narcisistas, que no son adultos completamente responsables, no pueden ofrecer a sus hijos este tipo de ambiente amoroso que los niños necesitan para estar en la posición de “recibir” amor y cuidado incondicional de sus familias. Ellos solo esperan recibir.
Los narcisistas crean una situación en la que él o ella debe ser amado por su hijo.
El padre narcisista espera que otros miembros de su familia satisfagan sus necesidades. Los narcisistas, por definición, son Ellos primero, aun antes que los propios niños. En el caso del hombre narcisista, el espera toda la atención, el amor y el cuidado de su esposa, en detrimento de sus hijos. En el caso de la mujer narcisista, el hombre es un mero apéndice para ella y su hijo que lo provee sustento. El esposo en esa situación no es respetado y es considerado subordinado a sus necesidades y deseos. Ella viene primero, los niños en segundo lugar–y su esposo en un lejano tercer lugar, si es que esta en la pantalla.
En la siguiente publicación entraré más específicamente en el asunto de los comportamientos de los padres narcisistas y en cómo lidiar con ellos y librarse de su toxicidad.
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Hasta entonces,
Dr. T
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