Introducción al Narcisismo
En este artículo–el primero de una serie sobre el tema del narcisismo y los narcisistas--definiré el narcisismo y el trastorno narcisista de la personalidad (TNP). A continuación, procederé a explicar algunos de los rasgos de aquellos que presentan este trastorno y que se encuentran cada vez con más frecuencia en la vida diaria. Al final de la lectura de esta serie, serás capaz de entender cómo son y cómo actúan los narcisistas. De esa forma, podrás tomar un curso de acción eficaz al tratar con narcisistas que te beneficie a ti en vez de perjudicarte.
En psicología, el “Narcisismo” es un concepto desarrollado por Freud en 1914 en “Introducción al Narcisismo.” En ese artículo seminal, Freud utilizó el mito griego de Narciso para describir la importancia de la dinámica del EGO (el Yo) en la psicología humana. Freud se valió de este mito para describir una actitud mental en la que la libido (la energía sexual y el interés psíquico) no se coloca en un objeto externo (otra persona), sino que se revierte sobre el Ego (el Yo) del propio individuo (se valora la propia imagen en vez de la del otro).
El uso comun del término “narcisismo” describe a una persona vanidosa, arrogante y de acendrado egocentrismo. En épocas historicas pasadas, este tipo de persona era considerada como un personaje orgulloso y arrogante pero no un “enfermo mental.” Este tipo psicológico no se consideraba entonces como una condición psiquiátrica; y es solo a partir del trabajo del psicoanalista Erich Fromm a mediados de los 1950 que esta condición entro en la psiquiatría a través del psicoanálisis.
El mito de Narciso
Narciso era un joven cazador excesivamente hermoso nacido de una ninfa. Narciso era tan atractivo que tanto los hombres como las mujeres–ninfas y diosas por igual–no podían dejar de enamorarse de él. Pero, Narciso no les correspondía en su amor. Narciso gozaba de desdeñar a los desafortunados que se enamoraban de él. En cambio, Narciso se centraba en su Ego por el cual estaba completamente absorbido.
Un día, al ir a beber agua a un lago y ver su imagen en la superficie, Narciso quedo prendado y se enamoró de su propio reflejo. En el éxtasis de “locura narcisista,”Narciso no se dio cuenta de que la imagen que veía reflejada en el agua era la de él mismo. Sin embargo, no dejo de engañarse creyendo que finalmente había encontrado “el amor de su vida” viviendo en el fondo del lago. Narciso quedo tan enamorado de su propia imagen que se zambulló en el agua para abrazarla y así poseer a “su ser querido” que era él mismo. Como resultado, se ahogó (murió de dolor, se ahogó, o se suicidó, según las diferentes versiones del mito). En última instancia, Narciso fue castigado por los dioses por su egomanía, su egocentrismo y por su incapacidad para amar a los demás. El exceso de “narcisismo” lo llevo a la muerte.
Narcisismo en Psiquiatría
En psiquiatría, un trastorno narcisista de la personalidad (TNP) es alguien que se presenta con un patrón psicológico de grandiosidad (en la fantasía o en el comportamiento), que necesita admiración excesiva y que carece de empatía en su relación con los demás.
Estos rasgos van acompañados de las siguientes características psicológicas que pueden estar presentes o no:
- Tiene un grandioso sentido de su propia importancia.
- Está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillo personal, belleza, o amor ideal.
- Cree que es “especial” y único y que sólo puede ser entendido por, o debe asociarse con, otras personas especiales de alto estatus (o con instituciones prestigiosas de gran calibre).
- Requiere admiración excesiva.
- Tiene un sentido de titularidad innata (sense of “entitlement“) (una expectativa irrazonable de trato favorable o cumplimiento automático de sus expectativas).
- Es explotador de los demás (aprovecha a otras personas para lograr sus propios fines).
- Carece de empatía: no está dispuesto a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás.
- Es envidioso de los demás o cree que otros le envidian.
- Muestra comportamientos o actitudes arrogantes y altivas.
En el DSM 5 (el manual de diagnóstico de la Asociación de Psiquiatría Americana), Edición 5), al menos cinco de estos rasgos son requeridos para hacer el diagnóstico de “Trastorno Narcisista de la Personalidad.” La verdad es que en la vida diaria y en la clínica la mayoría de los narcisistas no cumplen con todos los criterios de la definición, sino que exhiben sólo algunos de estos rasgos. Sin embargo, no por no tenerlos, ellos dejan de ser tipos narcisistas.
Diferenciando la personalidad narcisista de otros trastornos mentales
En la práctica clínica, este trastorno de la personalidad se confunde a menudo con un sujeto que está usando estimulantes; con alguien que sufre de trastorno de Asperger (una forma leve de autismo); o con un paciente que sufre de Trastorno Bipolar (Enfermedad Maniaco-Depresiva).
Diferencia del TNP con el Trastorno Bipolar de forma Maniaca
En el Trastorno Bipolar, sin embargo, esta confusión diagnostica con el TPN ocurre exclusivamente en momentos de “hipomanía” (manía leve).
La “Manía” en general es un estado emocional opuesto al de la depresión. No es una “obsesión” como la mayoría de la gente cree en el hablar diario cuando dice algo así como, este tipo tiene la “manía” de tocarse la cara. Este estado de excitación positiva o agresiva del humor se produce en la fase maníaca del trastorno bipolar.
La “hipomanía” es una manía más leve y no psicótica (una manía no lo suficientemente grave como para que el sujeto experimente alucinaciones o delirios, tenga agitación psicomotriz, o sea hospitalizado). Por este hecho, la hipomanía es difícil de distinguir de un estado de ánimo normal, y es muchas veces pasada por alto por los que rodean al paciente. Estos últimos creen con frecuencia que el hipomaniaco se trata solo de una “personalidad hiperactiva” o que la persona sufre de un Trastorno de Hiperactividad y Déficit en la Atención (THDA).
La “hipomanía” se define como un estado de ánimo anormalmente expansivo asociado a una autoestima exagerada, una autoafirmación extrema, y un exceso de confianza en sí mismo. Este estado mental es causado por desequilibrios químicos en el cerebro (causado por exceso de neurotransmisores estimulantes como la Dopamina y la Noradrenalina en ciertas áreas cerebrales), y no por problemas de personalidad.
En ocasiones, una persona puede sufrir de ambas condiciones, o incluso tres de ellas al mismo tiempo. Alguien puede, por ejemplo, ser narcisista y bipolar, o narcisista y usar estimulantes (anfetaminas, Cocaína, y similares). Estas últimas situaciones hacen que el diagnóstico y el tratamiento de estos sujetos sean prácticamente imposibles ya que las personas con TNP carecen de conciencia de enfermedad.
El problema de lidiar con un narcisista
Ten siempre en cuenta que los narcisistas nunca consultan por su narcisismo. Esto se debe al hecho de que los narcisistas no consideran esos rasgos negativos de su personalidad como un problema, sino que más bien los sobrevaloran y los defienden con firmeza. Si alguna vez ven a un psiquiatra o a un terapeuta es con el fin de aliviarse de algún otro síntoma que les molesta, sea la depresión, la ansiedad, el enojo, la frustración, o el insomnio. En general, el narcisista siempre culpa al Otro de todo lo que le va mal y demanda que sea el Otro el que cambie y no el. Como resultado de esta característica externalizante, es extremadamente difícil tratar con narcisistas tanto a nivel personal como en la práctica clínica
La banalización actual del término “narcisista”
En los últimos años, la palabra “narcisista” se ha convertido en un termino de moda en revistas, en blogs de internet y en las redes sociales. En esos medios, la etiqueta “narcisista” es utilizada a menudo por mujeres agraviadas para describir a hombres que se comportan como “malvados” en asuntos relacionales. Por lo tanto, cualquier “malvado” que haya hecho daño a una mujer puede ser llamado “un narcisista” hoy dia, ya sea que cumpla con los criterios del DSM 5 para el trastorno o no.
En este sentido, “narcisista” ya no es una palabra clínicamente útil, sino que se ha convertido en un término peyorativo (un cliché). “Narcisista,” en este contexto, se utiliza a menudo para hablar de alguien (generalmente un hombre) que maltrata a las mujeres; o que, de alguna forma, no les corresponde en su amor.
El narcisista es generalmente un hombre que trata a los demás–pero particularmente a las mujeres–con desamor y con desdén.
Esta tendencia popular de usar la etiqueta de “narcisista” en el siglo 21 es un abuso del término y realmente no coincide con la noción psiquiátrica de TNP. Pero su uso actual muestra que los rasgos narcisistas han aumentado notablemente en frecuencia en la población general, y especialmente en los hombres.
El Auge del Narcisismo en el siglo 21
En las últimas décadas ha habido un auge del narcisismo en la sociedad estadounidense y en el mundo occidental. Este aumento inusitado de los rasgos narcisistas de personalidad visto en un gran numero de individuos corre paralelo con el advenimiento de la “sociedad narcisista” que se desarrolla en Occidente a partir de la década de los sesenta.
Esta tendencia psicológica es el resultado de una sociedad estadounidense y occidental posmoderna basada en el lema narcisitico del “Yo, Yo, Mío” iniciado por los “baby boomers” (la generación nacida en EEUU entre 1945 y 1964) a finales de la década de 1960. Este lema fue inmortalizado en 1967 en una canción de los Beatles escrita por George Harrison llamada “Yo, Yo, Mio.”
El narcisismo como rasgo psicológico ha ido continuamente creciendo con cada década que transcurrió desde entonces hasta el presente. Esta actitud egocéntrica del hombre actual se ha vuelto más y más frecuente en las dos décadas que van del siglo 21. Esto ha llegado a tal punto, que en los EEUU tenemos un presidente con esos rasgos de personalidad en 2020.
Cuestiones de género y narcisismo
A pesar de que el TNP es ligeramente más común en los varones, no está de ninguna manera, ausente en las mujeres. Hay un montón de mujeres narcisistas por ahí; simplemente que no son identificadas como tales. Parte de la razón de esta diferencia en la frecuencia del uso de esta etiqueta en los distintos sexos reside en el hecho de que los rasgos narcisistas son socialmente aceptados en las mujeres como muestras de “feminidad.” Por el contrario, estos rasgos egocéntricos son condenados en los hombres como actitudes que se consideran “de poco hombre” por la sociedad en general.
El mejor de los ejemplos se ve en los hombres que están obsesionados con su aspecto físico: los chicos “Metro” vanidosos y mediáticos. A menudo encontramos esta variedad del hombre narcisista exhibiéndose en las redes sociales como Instagram, por ejemplo. Estos hombres son a veces tratados con escarnio por otros hombres y tambien por algunas mujeres.
Al mismo tiempo, un grado significativo de narcisismo egocéntrico se considera socialmente “normal” en las mujeres y no se condena como un signo de ser “narcisista.” Estas diferencias de género–y de las atribuciones sociales de género, junto con las diferencias de actitudes sociales que se les atribuyen–determinan que la TNP se diagnostique con mucha más frecuencia en los hombres que en las mujeres.
El “Narcisismo” en los animales: un paralelismo con el humano
Otra forma de pensar y entender el narcisismo es compararlo con la actitud de los distintos animales. Los gatos son generalmente representados como “narcisistas.” Se los ve como “autónomos” ya que no te saltan encima pidiéndote amor o aceptación como lo hacen los perros. No en vano, en la cultura popular, las mujeres han sido llamadas “gatos” y los hombres “perros.” Los gatos son centrípetos en su libido, mientras que los perros son centrífugos.
Los perros son generalmente amigables, “necesitados” emocionalmente, y no “autónomos” como lo son los gatos (esto a menudo se equipara a las actitudes de los hombres que siempre están persiguiendo a las mujeres y que siempre estan pidiendo sexo). Los perros necesitan amor y la presencia de su amo para sobrevivir y no pueden arreglarselas por sí solos. El gato doméstico, por otro lado, es una criatura solitaria que hace lo que le place; y de ser necesario, se las arregla solo. Desde esta perspectiva, un gato actúa como “un narcisista.”
El animal solitario versus el animal de manada: de perros y gatos
Los gatos son animales independientes que van y vienen. Por lo general, se te acercan cuando necesitan algo, pero pueden comportarse de maneras muy desagradecida si la situación lo requiere. Mientras que los perros son animales de manada (en el caso de los perros la manada se llama jauría) y por lo tanto leales. En estado salvaje, los perros viven en grupos organizados con una clara estructura jerárquica.
Los gatos, por el contrario, son individualistas. Los perros se asocian a los demás miembros de la jauría y buscan el reconocimiento y el amor del líder: el Alfa. En ese sentido, la jauría de perros está mucho más cerca de la sociedad humana que cualquier cosa que observamos en los gatos domésticos. Es así como los humanos compartimos algunos de los instintos de manada (de jauría)–o de grupo como ocurre en los simios–quienes son todos animales sociales.
Por naturaleza, los humanos somos animales sociales sujetos a un orden de jerarquía. Pero, en los seres humanos hay muchas excepciones a esta regla, ya que no estamos gobernados por los instintos como lo están ellos. Por lo que hay muchas excepciones a la regla del orden social. El individuo narcisista en el grupo humano es la excepción a esta regla.
El narcisista y su necesidad de “un público”
Si bien la mayoría de las personas son sociales y necesitan de los demás —todos necesitan amar y ser amados. Sin embargo, los narcisistas pueden pasársela bien por sí solos y sin necesitar (aparentemente) a nadie, excepto para satisfacer sus propias necesidades. Y la mayor necesidad en la vida de un narcisista es la admiración de los otros. Por esta razón, la paradoja del narcisista es que no puede prescindir de los otros, al mismo tiempo que vive centrado en si mismo habitando su “burbuja narcisista.”
El narcisista necesita un público que lo admire y lo elogie. Sin que el público lo aplauda, el narcisista no es nada. Sin embargo, los narcisistas no conocen la reciprocidad (ya que carecen de empatía) a menos que parecer ser justos les sea conveniente para ellos. Por lo tanto, los narcisistas pueden fingir reciprocidad cuando la situación les beneficia, pero su reciprocidad no es genuina.
Los narcisistas no creen ni en la igualdadni en la reciprocidad. Con el narcisista se trata siempre de una calle de un solo sentido: Tú lo admiras a él y él te menosprecia a ti, eso es todo.
Los sentimientos de Intitulacion “innata” de los narcisistas.
Los narcisistas se sienten con derecho intitulado ( they feel entitled) a un tratamiento especial ya que se ven a sí mismos como especiales y superiores. Ellos se consideran más hermosos, más inteligentes y más poderosos que todos los demás. Estos sentimientos de superioridad son un aspecto central de su ideación grandiosa.
El narcisista extremo puede llegar a convertirse en un megalomano. El mejor ejemplo histórico de este último tipo fue Adolf Hitler; pero los mismos rasgos de narcisistas se pueden encontrar en Mussolini, en Stalin, en Cesar Augusto y en otros personajes históricos autocráticos.
Así, en la vida cotidiana los narcisistas se comportan como reyes o reinas o como dictadores inmisericordes: Es así porque se sienten dueños de la verdad y creen que el mundo les debe algo. Los narcisistas están convencidos de que es “un hecho” que ellos deben ser considerados superiores y “como líderes naturales” por todos los demás. Esto es así incluso cuando puede que no haya cualidades objetivas en ellos para albergar estas excesivas expectativas.
Para el narcisista, el mundo entero gira en torno a él. El considera a las circunstancias y a los otros solo en la medida en que son estos instrumentos para satisfacer sus necesidades. Ellos no pueden ver a los demás como personas diferentes con deseos propios, con mentes y opiniones propias. Esto es particularmente cierto en lo que respecta a la actitud del narcisista varon con respecto a las mujeres. E
La furia narcisista: Aniquilar al Otro
Las características egocentricas los hacen impermeables a la crítica. Y cuando perciben algún tipo de crítica, habitualmente responden con la más feroz de las agresiones. En el momento en que se les contradicen–o en que sus aspiraciones se ven frustradas–los narcisistas se ponen inmediatamente a la defensiva. Se enojan rapido y se sienten agravados por minucias. Siempre se sienten ofendidos o insultados por algo o por alguien. Este rasgo puede hacer que parezcan “bipolares” a los ojos del no entrenado.
Si alguien les señala alguna deficiencia en su completud narcisista, el arremete en un ataque decidido para destruir al otro. Y los narcisistas suelen ser despiadados cuando se enojan. Ellos no pueden tolerar la derrota en ningún área; así que harán cualquier cosa para ganar—o, al menos, para convencerse a sí mismos y al mundo de que “ganaron.” La cuestión central para el narcisista es mantener su imagen de completud y de perfección intacta; y ellos hacen lo que sea para lograrla.
Si los narcisistas pierden en alguna competencia, nunca son buenos perdedores. Esto es en parte el resultado de tener un Ego “sensible.” Esta característica hace que se tomen siempre las cosas muy a pecho y en forma personal. Ante cualquier senialmiento, los narcisistas se sienten fácilmente ofendidos, y se ponen a la defensiva. Ellos usan la negación masiva culpabilizando a los demas (proyeccion). Estas son sus principales defensas psicológicas.
Recuerden la historia de Hitler encerrado en su bunker al final de la segunda guerra mundial, primero negando la derrota; y luego–cuando no pudo negarla más–ordenando la destrucción TOTAL del pueblo alemán. Hitler ordeno esta destrucción porque, según su visión narcisista de los hechos, los Alemanes habían demostrado ser “débiles y cobardes” (a pesar de que ellos lucharon con valor hasta el final contra fuerzas varias veces superiores en número), y por eso debían perecer ya que “se lo merecían por débiles, ineptos y cobardes.” Todos lo demás tenían la culpa de la derrota alemana–menos el, el sacrosanto Fuhrer.
La necesidad de competir, humillar y vencer al otro
Los narcisistas siempre viven–consciente o inconscientemente–comparándose con los demás. Ellos se enganchan siempre en el clásico juego de varones de “a ver quién la tiene más grande.” Esta actitud mental competitiva y de rivalidad permanente produce constante sentimientos de envidia. Y esta envidia sólo se puede manejar manteniendo un sentimiento de superioridad sobre los demás. Desde la perspectiva narcisista, entonces, la única manera de sentirse mejor consigo mismo en cualquier interacción con otro ser humano, es hacer que la otra persona se sienta más pequeña, inferior, o equivocada.
En el próximo artículo de esta serie examinaré la situación de aquellos que tienen que vivir con un narcisista y ofreceré sugerencias sobre cómo manejar esta situación tan difícil. Mantente conectado si te interesa saber más sobre este tema.
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El Dr. T