La Otra Mujer y el problema de la paradoja del deseo humano
Es bien sabido para aquellos que saben de relaciones amorosas que la “Otra mujer” ejerce un poderoso efecto de atracción sobre hombres y mujeres. Pero este “poder” rara vez se analiza o se comprende y casi nunca se hace asequible al público no profesional. La gente simplemente toma este fenómeno como un hecho más de la vida que no tiene explicación. Sin embargo, hay dinámicas psicológicas inconscientes que podemos examinar y entender a este respecto. Este análisis simplificado en esta entrega te ayudará a comprender por qué “la Otra Mujer” ejerce un magnetismo tan poderoso tanto en hombres como en mujeres.
En mi exploración de la relación hombre-mujer en artículos anteriores, he enfatizado “el enigma del Deseo” como la pieza central que regula las relaciones interpersonales. El “deseo”, as su vez, es un concepto muy difícil de entender. Es importante darse cuenta de que el deseo es diferente de un simple querer o de una necesidad biologica. El deseo es exclusivamente humano. Este es inconsciente; y por lo tanto está fuera de nuestra conciencia inmediata. Sin embargo, desde su lugar oculto, tiene un efecto enorme en cómo nos relacionamos en nuestra vida amorosa.
La dinamica del deseo en los sexos
La dinámica del Deseo se desarrolla de manera diferente para hombres y mujeres. Y es aquí donde entra en juego “la Otra Mujer.” Por lo tanto, es vital conocer estas diferencias en la modalidad de deseo de los sexos para disminuir el sufrimiento en tu vida relacional. Y esto es asi porque la disparidad en la forma en que opera el deseo en cada sexo es la fuente de todos nuestros dolores de cabeza y de nuestros corazones rotos en las cuestiones amorosas.
El deseo es extraño, paradójico e idiosincrásico. Literalmente inentendible. El deseo humano es “un enigma” porque es misterioso. Surge cuando menos lo esperamos. Nunca está donde queremos que esté y no lo podemos manejar a voluntad. Es difícil de definir y de comprender, por así decirlo. En esta publicación, me centraré en cómo funciona el deseo en las mujeres y hombres con respecto al jugador externo (la tercera involucrada) conocida como “la Otra Mujer”.
Por qué necesitas saber esto
Primero, examinaré el problema del deseo desde el lado femenino de la ecuación. Este conocimiento te ayudará a comprenderte mejor a ti misma si eres mujer–y a los demás, si no lo eres. Si eres un hombre, este conocimiento puede ayudarte a comprender“el otro sexo” un poquito mas. Esta información también puede ayudarte a entender los aspectos mas incomprensibles de tus seres queridos. Asi también comprenderás mejor el comportamiento extraño–y hasta aberrante–de tus amigos, hermanas y competidores.
La “Otra mujer” es el mejor ejemplo del papel que desempeña “el tercero” en las relaciones humanas de deseo. Dado que el deseo es “transpersonal,” siempre requiere un cierto grado de triangulación para ser encendido.
La dinámica del Deseo: sus fundamentos basicos
- Deseamos lo que los demás desean; y lo deseamos porque Ellos lo desean.
- El hecho de que la persona sea popular (deseada por muchos) es el elemento principal de su poder de atracción.
- Las mujeres, en particular, tienden a desear lo que “la Otra Mujer” desea. De ahi la popularidad del hombre mujeriego entre las mujeres (el efecto magnético del Don Juan) que lo vuelve tanto mas atractivo.
- Este fenómeno ocurre porque los humanos en general, pero las mujeres en particular, desean identificándose con las personas que admiran profundamente.
Entonces, si eres mujer y estás “enamorada” de una amiga tuya, es probable que ella se convierta en “La Otra mujer” para ti. Esto no significa necesariamente que ella te arrebatará a tu novio (aunque a veces eso suceda, así que es mejor que mantengas los ojos bien abiertos), sino que quiere decir que “a quien Ella encuentre interesante, tú también lo encontrarás atractivo.“
Este es el aspecto imitativo del deseo. Este es un fenómeno psicológico que permanece inconsciente para la mayoría de la gente. Pero el efecto de “la Otra Mujer” para una mujer actúa como la brújula de su deseo: le da su Norte, por así decirlo.
Un ejemplo del poder de “la Otra Mujer“
Si conoces a un hombre, por ejemplo, y lo encuentras pasable, pero no te sientes particularmente atraída por él, es suficiente que una (o más de tus amigas) lo encuentre “Interesante” para que él cambie en tu estimación. De repente, y sin que te des cuenta, surge el deseo por él. No es esto algo menor en la irrupción del deseo en ti creado por el esfuerzo competitivo que se establece en tu inconsciente en estas circunstancias triangulares.
Los hombres y las mujeres son competitivos por naturaleza. Pero ellos compiten en diferentes formas y en diferentes áreas. En el caso de las mujeres, ellas tienden a ser muy competitivas en el ámbito erótico. Esta tendencia a competir conduce a situaciones de celos y envidia de otras mujeres atractivas. Esto es impulsado por una fuerte admiración inconsciente por ellas. Entonces, si eres mujer, y otra mujer está celosa o te envidia, tómatelo como un cumplido: en el fondo ella te admira.
Un ejemplo clínico
Un ejemplo de esta situación en la práctica clínica se presenta más o menos así: Una paciente me dice: “No lo encuentro a él tan interesante, de hecho hasta me aburro con él, a menos que mi amiga este con nosotros en una salida.” “Cuando ella sale con nosotros, de repente me doy cuenta de lo interesada que estoy en él.
Un ejemplo histórico del efecto devastador de “la Otra Mujer” se ve en la saga del príncipe Carlos y la princesa Diana y el papel que desempeñó Camilla Bowles en sus vidas.
Cómo “la Otra Mujer” juega su papel del lado de los hombres
Del lado de los hombres, las mujeres se dividen entre aquellas que les provocan sentimientos tiernos (aquellas de quienes ellos se enamoran), y aquellas que los encienden sexualmente (las que son vista puramente como objetos sexuales). La división psicológica masculina determina una dinámica paradójica en las vidas de Deseo y Amor de los hombres.
Este fenómeno psicológico inconsciente fue descrito por Freud en su artículo La forma de degradación más prevalente en la vida erótica. Esta division inconsciente representa lo que él llamó “el complejo Hombre-Madre” o “de la Madonna” presente en la mayoria de los hombres. En este complejo, la condición para la excitación sexual en los varones es la devaluación de la mujer. Esto es así porque para estos hombres, la mujer como “objeto” es la representación más remota de la Mujer “como Madre.” En estas circunstancias, la mujer sexualmente atractiva es una mujer “devaluada” fuera de la relación oficial en la que están comprometidos.
¿Podemos superar esta división?
Estos casos mencionados aquí representan extremos de estas polaridades en los deseos sexuales y la vida amorosa de los hombres. Algunos hombres logran un cierto grado de integración de las dos corrientes: la tierna y la sensual. Esos pocos privilegiados tienden a lo que el psicoanálisis clásico denominó “El carácter genital”. Pero esta integración, incluso en el mejor de los casos, NUNCA ES COMPLETA. Siempre queda un remanente de esta división en la vida sexual de los hombres. De ahí el siempre presente encanto de “la Otra Mujer.”
Esta división amor-sexo determina que, hasta cierto punto, el deseo siempre quede fuera de la relación entre un hombre y su mujer, entre un hombre y su esposa. Y, como consecuencia inversa, el “Amor romántico” siempre requiere un cierto grado de abstinencia sexual para desarrollarse.
¿Cómo juega “la Otra Mujer” como adversario de las mujeres?
Mientras que las mujeres tienen problemas para situar su deseo en sus propios términos a menos que se valgan de la guia sutil de “la Otra Mujer;” ellas también sufren los efectos devastadores de la Otra Mujer en el deseo de sus hombres. Esta “dinámica triangular” determina que a menudo se encuentren en competencia inconsciente con ella, ya sea que Ella exista en la realidad o simplemente en su fantasía.
Como se dijo anteriormente, el deseo de los hombres tiende a dividirse y a quedar afuera de la relación establecida; es centrífugo. En este contexto, “la Otra Mujer” se convierte en el objeto del deseo de los hombres, ya que ella es “Otra” que la mujer en frente de él. La “Otra Mujer” está representada en la mente de los hombres por la Amante, la mujer liviana y / o la prostituta. Entonces, Ella es “Otra” en términos de que es radicalmente diferente. En su mente, Ella es sensual y prohibida, que es lo opuesto a lo que él encuentra en su relación matrimonial.
La Otra Mujer y la mecánica del deseo
Esta mecánica del deseo en los hombres crea “el efecto de ‘la otra mujer'” tanto en hombres como en mujeres. La “Otra Mujer” para un hombre puede definirse como “ese codiciado objeto de deseo ” que existe más allá de la relación marital establecida.”
Es importante entender este fenómeno psicológico porque esta escisión estructural del deseo del hombre provoca las frecuentes situaciones de infidelidad en las relaciones. Esta es también la fuente del gran atractivo que el “ Amor prohibido” tiene tanto en hombres como en mujeres. Mas aun, este fenomeno origina “el encanto mortal” que el “affair” produce en los hombres.
Esta “historia de amor paralela” es el resultado de la tentación producida por la amante. Además, este magnetismo del “Amor Prohibido” se deriva del hecho de que el deseo es siempre “el deseo de lo que no está permitido:” el deseo por del fruto prohibido. Y “la Otra Mujer” representa ese fruto prohibido.
Pero, la mujer que en la vida real encarna el papel de la “Otra Mujer,” por lo comun, y para su propio disgusto, no podrá involucrar al hombre en cuestión en una relación amorosa estable y formal tampoco. Paradójicamente, Ella también está limitada en sus poderes. Ella solo lo tendrá ilícita y sexualmente mientras él permanezca con su esposa y ella siga en el lugar de la “otra Mujer;” pero eso es todo.
Qué ver en el cine sobre este tema
Una buena película para ver que ejemplifica este problema en las relaciones que te recomiendo ver es la película de Woody Allen “Punto decisivo.” En esta excelente descripción del acertijo de los deseos, mientras que el amor del hombre se encuentra con su esposa y su familia establecida, sus deseos sensuales “más salvajes” se colocan del lado de la amante que reside fuera de la relación oficial establecida. A veces, estas situaciones triangulares terminan en tragedia para los sus participantes como verás.
En próximas publicaciones, continuaré examinando el deseo en las relaciones. Profundizaré en el papel de la Otra Mujer como catalizador del deseo tanto del lado de los hombres (como objeto prohibido del deseo), como del lado de la mujer (como “objeto admirado” del deseo de emular). Así que manténte conectado/a.
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Y que tenga unas fiestas seguras y pacíficas
El Dr. T