Introducción al problema del uso de barbijos contra el COVID19:
El uso de tapabocas o barbijos, junto con el distanciamiento social, y el lavado de manos, son una de las tres medidas eficaces de prevención contra el COVID19 hasta que las vacunas estén disponibles. En otras partes del mundo como en Asia, por ejemplo, las máscaras han sido parte de la vida diaria durante años antes del inicio de la pandemia. Los asiáticos están acostumbrados a usar máscaras y lo hacen sin quejas. Por lo tanto, los gobiernos asiáticos no tienen una lucha para persuadir a sus ciudadanos para que cumplan. Como resultado, estos países han tenido éxito en contener la pandemia COVID19 en comparación con los países occidentales donde el uso de máscaras no es parte de la cultura. Las personas de esos países usan máscaras por experiencia. Ellos se han enfrentado a otras pandemias antes y son más conscientes de la importancia de su uso para prevenir el contagio que nosotros en Occidente.
La resistencia a usar el barbijo en los EEUU
Todos los países occidentales han tenido dificultad para que sus poblaciones se acostumbren a usar el tapaboca. Pero en ningún otro país el uso del tapabocas se ha convertido en un tema tan controvertido como en los Estados Unidos. Ningún otro país–ni ningún otro partido en ningún lugar del mundo–ha hecho una declaración política sobre el tema del uso de los barbijos como el ala leal a Trump del partido republicano.
Desde el comienzo de esta pandemia, el presidente de EEUU envió mensajes erróneos sobre el COVID19. El gobierno de Trump, emitió mensajes erráticos sobre las medidas a tomar para evitar la propagación del virus. Y también esta administración perdió un tiempo valioso al considerar la epidemia del COVID19 como “un evento de zona limitada” que ocurría en China solamente y que nunca nos iba a llegar a afectar aquí en los Estados Unidos.
Desde el princiipio, el gobierno federal continúo envio mensajes equivocados a la población acerca del COVID19. Dijeron cosas contradictorias acerca de las medidas a tomar para evitar la propagación de este virus letal y sobre la necesidad de implementar cuarentenas serias. Y también perdieron tiempo vital al considerar la epidemia del COVID19 como “un evento de zona limitada” que ocurria en China y que nunca nos iba a llegar aquí en los Estados Unidos.
Un error tras otro en el manejo inicial de la pandemia
Cuando aparecieron los primeros casos en los Estados Unidos a finales de enero, nos dijeron que “todo estaba bien y bajo control.” En ese momento, el presidente Trump y su gobierno se negaron a coordinar CUALQUIER medida nacional de contención. Asimismo, se negaron a proporcionar los materiales médicos necesarios para la lucha contra el COVID19 a los estados (en especial a aquellos con gobernadores Demócratas como New York), y a dar las recomendaciones universales para que todo el país usara el tapabocas como parte de las acciones de defensa contra el COVID19. El gobierno federal continuo esta política errática durante meses. Finalmente, la tuvieron que revertir debido a la creciente evidencia en su contra, pero lo hicieron solo parcialmente y a regañadientes.
Esto es así, hasta tal punto que, en febrero de 2020, yo (y muchos otros médicos e instituciones de salud) tuve que emitir un video de You Tube recomendando el uso de máscaras como parte integral de nuestro armamentario de protección COVID19. Pero nuestro gobierno continuó enviando mensajes equívocos acerca del uso de tapabocas durante otros 3 meses antes de que finalmente cediera y empezara a recomendar el uso de máscaras gracias a la intervención del Centro de Control de Enfermedades (CDC).
Estos tres primeros meses de crasos errores de manejo de la pandemia fueron críticos para determinar lo que sucedería más adelante en los Estados Unidos respecto de la propagación del COVID19. Esto llevo a este país a tener por lejos el mas alto numero de infectados y de muertos al dia de la fecha.
Pero, a finales de la primavera, el uso de máscaras en los Estados Unidos tomó otro giro no-médico, no-científico en un año de elecciones presidenciales. Esto sucedió justamente en el momento en que algunas personas ya habían comenzado a usar barbijos. En ese momento crucial, el presidente Trump y sus fanáticos comenzaron una campaña de oposición y de descrédito del uso del tapabocas. Ellos empezaron a insinuar que solo los miedosos los usaban. Estas acciones se asociaron en forma constante con la minimización del riesgo y el desafío permanente. El acmé de esta actitud de desafío irresponsable ocurrió cuando Trump–estando enfermo e infectado–salió con su sequito en el vehículo presidencial exponiendo a su guardia personal y a todos lo que lo rodeaban innecesariamente a este virus letal.
La brecha ideológica en EEUU
Esta brecha ideológica basada en la distinta concepción sobre la importancia de usar tapabocas creadas por esta administración creció a puntal que en los últimos meses se podía decir quién pertenecía a qué partido mirándoles sus rostros. Sabías que alguien era demócrata porque llevaba una máscara, o un republicano (pero particularmente uno fanático de Trump) si tenía la cara descubierta.
Este mal manejo de la pandemia por parte de la administración federal llevó a los Estados Unidos (el país con el sistema médico supuestamente más avanzado del mundo) a convertirse en el país número uno en número de infecciones y muertes. Y esta situación no se ha mejorado hasta el presente; de hecho, ha empeorado muchísimo en las últimas semanas de locura electoral. Y el gobierno actual insiste en no cambiar de rumbo en estos 2 meses críticos para detener la pandemia que aún le quedan.
Las preguntas sin respuesta
- Esta situación ridícula plantea la pregunta: ¿Con qué estamos tratando a nivel psicológico aquí? ¿Qué clase de “locura” se ha apoderado de la mitad del pueblo estadounidense que nosotros, como individuos, vamos en contra de nuestros instintos de supervivencia más básicos?
- ¿Por qué tanta gente seguiría el mal ejemplo dado por un presidente y tomaría una postura absurda de resistencia a usar un elemento protector de un enemigo común desafiando a la ciencia y la medicina en este esfuerzo?
- Además, ¿cuáles son las razones por las que las personas vayan en contra de su propia salud y arriesguen sus vidas asumiendo estas actitudes imprudentes?
- ¿Cómo puede ser que muchas personas–no sólo no se preocupen por su propia seguridad–sino que también tengan tan grande desprecio por los demás, incluido el bienestar y la salud de sus seres queridos?
El efecto de la cultura en el uso de protección facial
Aquí voy a avanzar algunas razones por las que la gente se niega a usar máscaras en los EE.UU. a pesar de la evidencia de que son útiles para protegernos de la infección COVID19. Estos motivos son predominantes de la cultura americana y no necesariamente aplican a la cultura hispanoamericana.
- Hay en los EE.UU. una larga historia de “individualismo radical” como parte del acervo psicosocial estadounidense. Este individualismo es más extremo en este país que en cualquier otra democracia occidental. Esta forma de “individualismo radical” a veces toma la forma de narcisismo indiferente y suicida. Este tipo de actitud egocéntrica se hace más evidente en una crisis de salud pública como ésta en la que el comportamiento de cada individuo cuenta.
- La necesidad de una “conciencia orientada a la comunidad” es necesaria para luchar contra una pandemia de esta dimensión. Y esta, lamentablemente, brilla por su ausencia en un gran número de estadounidenses. Esta actitud narcisista se basa en la actitud displicented del “Yo hago lo que quiero y cuando quiero y tu bienestar me importa un bledo.”
3– Debido a sus puntos de vista individualistas extremos, muchos estadounidenses rechazan cualquier intento del gobierno (o de cualquier autoridad) de imponerles cualquier cosa. Ellos asocian este tipo de intervenciones del gobierno con el “socialismo.” Por esta razón infundada, toman las recomendaciones médicas de usar tapabocas como una señal de que el “gobierno se inmiscuye en sus vidas privadas.” Ellos creen que usar el tapabocas representa “un signo de la limitación de sus libertades individuales.” Por lo tanto, han transformado una cuestión médica de salud pública en una cuestión de “libertades individuales.“
La falacia de “Dios nos va a proteger”
4-Lo que es más inquietante, sin embargo, es el hecho de que muchos pastores americanos desde los púlpitos de las iglesias, han alentado el desafío al uso de tapabocas al implicar que “Dios nos protegerá” y por lo tanto es inútil tomar CUALQUIER medida de precaución ya que “estamos en las manos de Dios.” Algunas de estas personas desafiantes incluso pagaron con sus vidas por esta actitud. Muchas de los fieles de estas iglesias también siguieron los dictados de estos lideres religiosos imprudentes y sufrieron por ello. En general esta es gente que adhiere a los puntos de vista, medidas, y políticas de este presidente y se identifican con su arrogancia y su actitud desafiante.
El problema de la ignorancia y la paranoia
5-Muchas personas en los Estados Unidos ignoran los asuntos más básicos de salud pública y las medidas de higiene. Esto se debe a falencias del sistema educacional americanon y de la falta de salud pública en los EEUU. Pero las personas siempre están influenciadas por el modelo que les presentan sus autoridades.
Los humanos somos imitadores por naturaleza. Si estas personas ven a nuestro presidente y a nuestros funcionarios del gobierno tomar una actitud de desafío contra el uso de máscaras de protección, están mucho más inclinados a seguir su ejemplo y se niegan a usarlos ellos mismos.
6-Este país es (y lo ha sido durante décadas) terreno fértil para teorías conspirativas. Estas tendencias paranoicas en grupos de la población estadounidense están en parte basadas en la realidad. Esto se deve a las mentiras pasadas del gobierno estadounidense as su pueblo. Esta sarta de mentiras políticas se remonta se remonta a la era de la guerra de Vietnam y el caso Watergate de los años 70 y se repitieron luego durante la guerra de Afganistán e Irak. Con el paso de los años, esta inclinación del gobierno estadounidense a ocultar información al público americano ha causado una creciente ola de desconfianza masiva de muchos estadounidenses respecto de su gobierno e instituciones.
Los temores Paranoicos en este pais se han incrementan aún más por la angustia generalizada causada por la pandemia, la crisis económica, la violencia racial, la actual crisis institucional del traspaso del gobierno y el uso generalizado de productos de cannabis (productos THC).
El cannabis es una droga que ahora se está legalizando en muchos estados. Aunque es desconocido este efecto para la mayoría de las personas que la usan, la Marihuana es una sustancia psicoactiva cuyo uso crónico produce ideación paranoide de bajo grado. Esta puede aun conducir a la psicosis esquizofrenica. Esta ideación paranoica en un ambiente de desconfianza hacia el gobierno y de los opositores políticos produce múltiples oportunidades para el advenimiento de las mas alocadas teorías conspirativas.
La lección no aprendida
8-Desde el principio, un gran número de personas en Estados Unidos han creído —o se han dejado convencer— que esto es sólo “un “engaño mediático.” Esta actitud mendaz ha sido promovida por la administración Trump y por otros líderes occidentales populistas de su misma calaña. Es el caso del brasileño Jair Bolsonaro y el primer ministro británico Boris Johnson.
Debido a su desafío, estos tres hombres se terminaron infectando con el virus (¿¿¿el castigo de Dios por desafiarlo con su arrogancia???). Todos sobrevivieron a la enfermedad gracias a la atención médica de primer nivel que recibieron; cuidado médico carísimo que la mayoría de sus compatriotas no pueden acceder o permitirse tener.
Pero, de los tres, sólo Boris Johnson aprendió su lección. Esto se debe probablemente a que él tuvo una forma más grave de la enfermedad que casi le quita la vida y eso lo asusto lo suficiente para hacerlo entrar en sus cavales. Curiosamente, Johnson es el único miembro de este trío de populistas que ha alcanzado una visión más racional de la situación del COVID19. Ahora el mismo está promoviendo un conjunto más agresivo de medidas para la protección de los ciudadanos británicos. Hizo esto ahora a medida el Reino Unido entra en los meses de invierno y experimenta una oleada masiva de altas tasas de infección.
El Desafío y sus beneficios
9- Para ser franco, usar tapabocas es molesto para todos. Si estamos de acuerdo en que su uso o no, e independientemente de la afiliación política. Y su uso diario implica más organización, más planificación y más disciplina que no usarlos.
Pero ten en cuenta que algunas personas se resisten a usar tapabocas por razones médicas o psiquiátricas. Aquí está una lista no completa de factores que influyen en el uso de máscaras protectoras por parte de los individuos:
- Las personas pueden sufrir de trastorno de pánico o claustrofobia y sienten que se asfixian con máscaras puestas.
- Algunos niños no toleran usar los tapabocas, especialmente los niños pequeños.
- Las personas con EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica), que tienen asma u otros problemas respiratorios, pueden tener dificultades para respirar con los barbijos puestos.
- Los trabajadores que son obligados por sus empleadores a usarlos durante largos períodos de tiempo se sienten agotados con ellas puestas.
- Las personas que usan lentes y tienen problemas de visión tienen problemas para usarlos porque nublan su visión, especialmente los ancianos.
Usar máscaras no es fácil ni divertido para nadie. Y los gobiernos occidentales–ahora que finalmente han reconocido su utilidad–están acorralados para tener que instaurar su uso obligatorio. Este es el resultado de que muchas personas no tienen suficiente conciencia social para preocuparse por los demás y hacerlo por su propia buena voluntad.
El nuevo desafío
10- Las autoridades sanitarias se enfrentan ahora con el desafío de como persuadir a las personas a usar tapabocas para prevenir la propagación de infecciones. El mismo problema se verá en un futuro muy próximo con los intentos nacionales de vacunación universal. En este sentido, muchas personas tienen ideas equivocadas sobre las vacunas, su uso, su eficacia–y sus riesgos. Por mucho que la comunidad médica haya luchado por persuadir al público a usar barbijos, ahora tendremos que lidiar con la misma oposición cuando se trata de personas que no aceptan las vacunas. Es de esperar que los mismos grupos que se opusieron al uso de máscaras también estén en contra de la vacunación universal. Este es el próximo reto de nuestra estrategia nacional para combatir y vencer la pandemia COVID19.
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Espero verte en mi próxima entrega, hasta entonces,
Mantente sano y salvo,
El Dr. T