¿Qué podemos realmente controlar en la vida?
Hay algunas cosas que están bajo nuestro control voluntario, la mayoría de ellas en el interior de nosotros.
Las enumeraré aquí:
- 1-Puedes controlar tu forma de pensar.
- 2-Puedes controlar tus actitudes hacia lo que piensas, sientes y experimentas.
- 3-Puedes controlar tu comportamiento y tus actos.
- 4-Tú eres el que puede decir sí o no en cuanto a lo que va y no va en tu vida. Hasta cierto punto, esta capacidad define si actúas o te acobardas ante una situación desafiante, dónde vives y qué harás en tu vida diaria para ganarte la vida.
- 5-También puedes controlar tus hábitos (buenos y malos) si haces un gran esfuerzo por autodisciplinarte desde una edad temprana. Recuerda que los malos hábitos son muy fáciles de adquirir (adicciones) y muy difíciles de abandonar. Por eso conviene evitar desarrollarlos en principio.
- Los malos hábitos son conductas repetitivas (generalmente actividades orales) que producen gratificación inmediata. Por lo tanto, debes tratar de cultivar buenos hábitos de higiene mental y física. Para ello se necesita tiempo, esfuerzo, y mucho trabajo .
- Los hábitos son el resultado de las repetidas decisiones que tomamos a largo plazo. Y no recoges sus dulces frutos inmediatamente ni tu placer es tan intenso al adquirirlos. Estos hábitos saludables tienen mucho más que ver con la capacidad de decir no a los placeres intensos e inmediatos, de no seguir al rebaño, y de tomar la decisión de vivir tu vida sin entregarte a placeres excesivos (que son adictivos).
¿Qué está más allá de tu control y no puedes controlar en absoluto?
1-Tu historia, tu origen, tu biología–tu raza, etnia, sexo biológico– y tu color de piel, color de ojos, estructura física (qué tan alto eres y cosas por el estilo). Recuerda que sexo natal y genero son dos cuestiones diferentes.
2-Las personas que te rodean y su comportamiento. Esto incluye a tus hijos, padres, pareja o jefe. La gente se vuelve loca y se hace la vida imposible tratando de controlar a las otras personas (especialmente las esposas a sus maridos, y también los maridos que a veces llegan a la violencia de género y al femicidio en el intento). Este es el resultado de las constantes expectativas que ponemos en los demás. En última instancia, las personas nunca se comportan como esperamos. Por ello siempre nos sentimos frustrados, decepcionados y no amados lo suficiente. Podemos sufrir menos si no esperamos nada de los demás. Así nos sorprendemos cuando algo bueno nos llega.
3-La mayoría de los eventos mundiales, ya sean fenómenos naturales o provocados por el hombre, como el calentamiento global, las tormentas, las inundaciones, los incendios y otros desastres naturales o provocados por el hombre.
4-Los acontecimientos políticos en tu país
5-La marcha de la economía, la inflación y su impacto en tus ahorros y tu jubilación
6-Enfermedades graves y muerte. Puedes trabajar en la prevención de las enfermedades y llevar un estilo de vida saludable. Eso es válido, pero eso es todo.
Aun así lo imposible puede manifestarse de muchas maneras. Puede surgir en las enfermedades incurables de quienes amamos, pueden ser sus adicciones recalcitrantes, su salud en declive, sus discapacidades crónicas o sus muertes. También puede que desarrollemos alguna enfermedad crónica o discapacidad nosotros mismos.
7-En última instancia, los comportamientos insanos que provienen de tu pareja, padres, hijos y otros miembros de tu familia y amigos.
Puede ser que los veas autodestruirse bebiendo en exceso, fumando, usando drogas, exponiéndose a enfermedades sexuales, adictos a la pornografía o tomando riesgos innecesarios en sus vidas. O puede ser también que experimentes con dolor su falta de amor por ti, ya que ni siquiera levantan el teléfono para comprobar si estás vivo o muerto a menos que necesiten algo.
Recuerda:
No existe una solución perfecta para estos problemas que la vida nos plantea como seres humanos. Ellos son parte inherente a la condición humana. Es importante recordar que a la vida no le importan nuestras opiniones sobre lo que sucede, si pensamos que algo es “justo” o no, o si un cierto evento debería estar sucediéndonos en este momento en particular.
Entonces, que quede claro que el tipo de sufrimiento genuino que estoy describiendo en esta entrega no es el “sufrimiento neurótico” (sufrimiento psicológico autogenerado excesivo debido a un pensamiento defectuoso, nuestras propias inhibiciones o problemas de personalidad).
Este otro inevitable tipo de sufrimiento es, en cambio, el resultado de un dolor genuino causado por eventos reales e inevitables en nuestras vidas con los que todos sin excepción en algún momento tenemos que vernosla.
En resumen:
1-Nadie se salva de la muerte. Esto se aplica a nosotros y a TODOS los demás, incluidas nuestras mascotas.
2-Nadie se salva de la pérdida de sus seres queridos. Entonces, nadie pasa por la vida sin sufrir dolor.
3-Nadie está a salvo del envejecimiento y de las enfermedades y discapacidades que acompañan al paso del tiempo.
¿Qué vamos a hacer entonces con estas situaciones imposibles que nos presenta la vida?
¿Cuál es la mejor manera de lidiar con ellas con la menor cantidad de sufrimiento?
1-Primero tenemos que reconocer estas realidades como parte integral de lo que realmente es la vida y aceptarlas como tales. El pensamiento positivo no ayuda en estas situaciones; tampoco lo hace la negación de eventos trágicos que eventualmente tendrán lugar en nuestras vidas. Lo que mejor define estas situaciones es la frase común, “Así es la vida.”
Tenemos que aceptar la pérdida o el evento catastrófico tal como son. Es posible que lloremos y nos lamentemos de forma natural en el proceso. Está bien hacerlo. Es sano psicológicamente aceptar seguir el camino de las lágrimas por un tiempo. El secreto es no revolcarse en la miseria o aferrarse al dolor indefinidamente.
2- Por definición, tenemos que aceptar que muchas cosas no se pueden alterar a pesar de nuestros mejores esfuerzos. Esto es tan cierto en el siglo 21 como lo fue hace 2000 años en la época de Cristo o 2600 años en los tiempos de Buda. Estos acontecimientos nos dejan siempre con una sensación de impotencia, desamparo y desilusión. A estos sentimientos hay que tratar de reemplazarlos por una tranquila aceptación de lo que es y con resignación a nuestro destino humano.
3-Para los creyentes, la mayoría de las religiones son fuertes fuentes de consuelo para afrontar aquellos aspectos de la vida que no tienen cura. Por esa razón, participar en una religión organizada y tener una vida espiritual propia será de gran ayuda en momentos trágicos o de pérdidas. Estas creencias espirituales, sin embargo, no te evitaran el experimentar las experiencias dolorosas de la vida, pero si te ofrecerán consuelo en momentos de dificultad o dolor. Ellas te ayudarán a darles significado en un esquema más amplio de cosas. También te ayudará el compartir tu dolor con gente espiritual dispuesta a apoyarte en tu momento doloroso.
Cómo ser proactivo ante la desgracia irreparable
1-Ante este tipo de situaciones vitales, siempre debes hacerte la pregunta: ¿Es esto algo sobre lo que puedo hacer algo de manera realista?
2-¿Es esta situación o evento controlable? Si la respuesta es no, no se puede hacer nada al respecto, entonces luchar contra las circunstancias sólo empeorará las cosas. Esa obstinada postura conducirá al agotamiento, el estrés y la depresión. En esas circunstancias, en cambio, debes acompañar el proceso día a día.
3-Estas situaciones irreversibles exigen una “aceptación radical de lo que es”. Ellas Implican tratar de evitar quejarse y de hacerse la perenne pregunta: ¿Por qué a mi? Uno en cambio puede tomar una actitud taoísta de “acompañar el proceso.” Esta es la manera del Tao (el Camino). Ello significa ir con el fluir de las cosas día tras día en vez de pelearse con la vida. Esta actitud requiere abandonar completamente la idea de Control. En términos Cristianos, equivale a “ponerlo todo en manos de Dios.”
4-Recuerda que por muy afligido que te sientas hoy, el tiempo cura todas las heridas. Mañana será otro día y tu herida con el tiempo sanará. Si aguantas y no te rindes, llegará el día en que esa pena, ese dolor, o esa pérdida insoportable será solo una pequeña cicatriz psicológica en tu mente.
5-Recuerda que nada, bueno o malo, dura para siempre. Los humanos somos una especie muy resistente. Siempre encontramos la manera de sobrevivir incluso a las peores experiencias catastróficas. Esta recuperación se ve favorecida cuando dejamos que el tiempo haga su trabajo y cuando al fin podemos dejarlas atrás sin aferrarnos a ellas en nuestra mente.
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Espero verte en mi próxima publicación,
Hasta entonces,
El Dr T